Entre los diversos significados simbólicos del espejo destacan: (1) pureza de alma, (2) autoconocimiento e integridad moral, así como (3) su capacidad para reflejar la realidad. El alma de María es santa y pura. Refleja el sol de justicia, lo que significa la perfección y la santidad de Dios. Ella es el espejo sin mancha de la Majestad de Dios (sabiduría 7:6). El sol de justicia se refleja en la imagen de la madre y el niño. El ángel con la balanza y la espada, generalmente un símbolo de la justicia, significa la perfección de Dios. Hay un segundo espejo oval cuya superficie está contaminada y deslucida. En él, apenas pueden percibirse tres siluetas sombrías: Adán como la pecaminosa humanidad entre el bien y el mal; Satanás, haciendo señas y tentando; y el ángel guardián cuidando de su protegido. Este espejo no refleja la luz y la perfección sino la oscuridad y el pecado, o al menos la visión borrosa humana de Dios y la eternidad. Así que Pablo nos recuerda que
"en estos momentos vemos indistintamente como en un espejo, pero entonces será cara a cara"
(1 Corintios 13:12).
El título llamado "Trono de la sabiduría" se refiere al trono de Salomón. María es la sabiduría personificada sentada en el trono de Salomón hecho de marfil y oro (1 Reyes 10:18-20). De hecho, sentada en el trono de Salomón ella se convierte en el trono sobre el cual su hijo, "la sabiduría del Padre," está sentado.El camafeo de la madre y el niño está rodeado de símbolos de la ciencia y el conocimiento (globo, telescopio, escuadra). La mitad inferior de la fachada arquitectónica muestra a un grupo de siete figuras femeninas de pie alrededor del trono, que lleva la simple inscripción: Verbum, el Verbo. El trono de Salomón ya no es más de humanos sino de la sabiduría divina, la palabra de Dios hecha hombre. Dice la leyenda alrededor de la medalla: "en el vientre de la madre está asentada la sabiduría del padre."
El lema señala que "la sabiduría ha construido su casa; ella ha establecido sus siete columnas"(Proverbios 9:1). ¿Cuáles son esas columnas personificadas por las siete figuras femeninas? Parece difícil formular una respuesta estricta. El artista puede haber pretendido representar conocimiento y sabiduría. Así las siete figuras serían las artes liberales, aquellas del Trivium y el Quadrivium. Otra explicación parece favorecer las siete virtudes (virtudes teologales y cardinales) o más teológicamente, los siete dones del Espíritu Santo (Isaías 11:1-2).
Nuestra señora se presenta como figura autónoma, posiblemente embarazada como parece indicarlo la escena de la visitación en la mitad inferior de esta ilustración. El medallón con nuestra señora está flanqueado por Judith con la cabeza de Holofernes y Esther bailando y tocando la pandereta. Invitamos a los títulos de celebración y alegría (Esther 10:10 y Nehemías 12:43).
Separados por un montón de instrumentos musicales, la escena del encuentro entre María y Elizabeth ilustra por qué María es causa de nuestra alegría. Al momento el saludo de María, sonaba en oreja de Elizabeth, el niño saltó en su vientre de alegría (Lucas 1:44). Papel de María como locutor y causa de alegría, la alegría de la redención para todos, además se visualiza en dos escenas laterales, uno que representa a las almas del Purgatorio, el otro un grupo de figuras del Antiguo Testamento (entre ellos Moisés y David) esperando al Mesías. "Nuestra tristeza se cambiará en alegría," dice el lema, lo que significa que hay esperanza para todos aquellos que creen en la buena noticia hizo carne en María, la causa de nuestra alegría.
Nuestra Señora se presenta como figura autónoma, posiblemente embarazada como parece indicarlo la escena de la visitación en la mitad inferior de esta ilustración. El medallón con nuestra Señora está flanqueado por Judith con la cabeza de Holofernes y Esther bailando y tocando la pandereta. Los títulos invitan a la celebración y la alegría (Esther 10:10 y Nehemías 12:43).
Separados por un montón de instrumentos musicales, la escena del encuentro entre María e Isabel ilustra por qué María es causa de nuestra alegría. Al momento que el saludo de María, resonaba en los oídos de Isabel, el niño saltó en su vientre de alegría (Lucas 1:44). El papel de María es como portadora y causa de alegría: la alegría de la redención para todos. Además se visualizan dos escenas laterales, una representa a las almas del Purgatorio, la otra un grupo de figuras del Antiguo Testamento (entre ellos Moisés y David) esperando al Mesías.
"Nuestra tristeza se cambiará en alegría," dice el lema, lo que significa que hay esperanza para todos aquellos que creen en la buena noticia que se hizo carne en María, la causa de nuestra alegría.
El sustantivo "vaso" imperfectamente expresa el significado previsto de esta advocación. El latín "vas" (vaso) se utiliza para traducir el término griego "skeuos" que no sólo significa vaso sino también instrumento o herramienta. Por lo tanto, se debe representar la expresión "vaso espiritual" como "instrumento del Espíritu Santo." María es ambos, morada del Espíritu y su "agente" en la encarnación.
"Con y a través del Espíritu Santo, la virgen concibe y da a luz al hijo de Dios" (CCC 723).
Las imágenes de esta advocación destacan esta idea. La leyenda que acompaña el símbolo del espíritu se refiere a la promesa de la Anunciación. El espíritu te cubrirá. María responde a la Trinidad en las palabras de Esdr 4. (4:14), "si he hallado gracia contigo, envía tu espíritu dentro de mí." La imagen de María expresa humildad (su respuesta a Dios) y la grandeza (cetro en forma de un lirio). La mesa cubierta con varios vasos y vasijas subraya el hecho de que María es el más exquisito de los vasos de Dios. Es un "recipiente para un noble propósito" (Romanos 9:21).
El símbolo preeminente en esta ilustración es la custodia que contiene a Nuestra Señora a la vez que ella muestra una hostia radiante contenida en su pecho. La Inmaculada (véanse las doce estrellas) es ella misma una custodia, significando su transparencia delante y a través de Dios. Es su honor hacer visible, a través de su impecabilidad y como morada del Espíritu Santo, a su hijo Jesucristo y a Dios. María es, según 2 Timoteo 21 (parafraseado aquí), "un vaso para nobles (Eva in honorem), dedicado, beneficioso para el dueño de la casa". El dueño de la casa aquí es Cristo mismo, presente en la hostia contenida por el "vaso honorable," su madre María. De hecho, es como Inmaculada, la obra del Todopoderoso y por lo tanto un "recipiente admirable".
La palabra devoción excede el simple significado de una mera práctica devocional y se refiere a la total dedicación y fidelidad al servicio de Dios. La profesión de fe de María, "Yo soy la esclava del Señor," expresa más adecuadamente el significado de esta advocación. Su dedicación total es a su Hijo como aparece en la imagen de la madre-hijo del medallón. La dedicación total no tiene sólo el significado del servicio. Se refiere principalmente a la apertura y receptividad de la voluntad de Dios y de la gracia. Esta actitud se representa en la mitad inferior de la ilustración con la historia de la viuda y el aceite. Por órdenes de Eliseo, la viuda vertía aceite en los vasos que le entregaban (2 Reyes 4:5). La gracia de Dios no puede ser agotada. Se necesita un "recipiente singular de devoción" para recibir su abundancia, uno que ha sido perfectamente purificado.
"Egredietur Vas purissimum" Proverbios 25:4.
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