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lunes, 28 de julio de 2014

"En la iglesia no deben gritar, no deben aplaudir, ni deben saludar aunque sea el papa" Juan XXIII dixit.

Video publicado por New Liturgical Movement
Juan XXIII visita a unos fieles en Ostia, Italia y con su forma de ser simple, espontánea y natural les recuerda que el templo de Dios es su casa y no se debe gritar, ni aplaudir ni saludar aunque el que llega sea el Papa. O temporas o mores!
 
 

lunes, 29 de abril de 2013

Alguien entendió la reforma litúrgica?

 CONSTITUCIÓN
SACROSANCTUM CONCILIUM
SOBRE LA SAGRADA LITURGIA

La Liturgia en el misterio de la Iglesia

2. En efecto, la Liturgia, por cuyo medio "se ejerce la obra de nuestra Redención", sobre todo en el divino sacrificio de la Eucaristía, contribuye en sumo grado a que los fieles expresen en su vida, y manifiesten a los demás, el misterio de Cristo y la naturaleza auténtica de la verdadera Iglesia. Es característico de la Iglesia ser, a la vez, humana y divina, visible y dotada de elementos invisibles, entregada a la acción y dada a la contemplación, presente en el mundo y, sin embargo, peregrina; y todo esto de suerte que en ella lo humano esté ordenado y subordinado a lo divino, lo visible a lo invisible, la acción a la contemplación y lo presente a la ciudad futura que buscamos. Por eso, al edificar día a día a los que están dentro para ser templo santo en el Señor y morada de Dios en el Espíritu, hasta llegar a la medida de la plenitud de la edad de Cristo, la Liturgia robustece también admirablemente sus fuerzas para predicar a Cristo y presenta así la Iglesia, a los que están fuera, como signo levantado en medio de las naciones, para que, bajo de él, se congreguen en la unidad los hijos de Dios que están dispersos, hasta que haya un solo rebaño y un solo pastor.

En la Iglesia se realiza por la Liturgia
6. Por esta razón, así como Cristo fue enviado por el Padre, Él, a su vez, envió a los Apóstoles llenos del Espíritu Santo. No sólo los envió a predicar el Evangelio a toda criatura y a anunciar que el Hijo de Dios, con su Muerte y Resurrección, nos libró del poder de Satanás y de la muerte, y nos condujo al reino del Padre, sino también a realizar la obra de salvación que proclamaban, mediante el sacrificio y los sacramentos, en torno a los cuales gira toda la vida litúrgica. Y así, por el bautismo, los hombres son injertados en el misterio pascual de Jesucristo: mueren con El, son sepultados con El y resucitan con El; reciben el espíritu de adopción de hijos "por el que clamamos: Abba, Padre" (Rom., 8,15) y se convierten así en los verdaderos adoradores que busca el Padre. Asimismo, cuantas veces comen la cena del Señor, proclaman su Muerte hasta que vuelva. Por eso, el día mismo de Pentecostés, en que la Iglesia se manifestó al mundo "los que recibieron la palabra de Pedro "fueron bautizados. Y con perseverancia escuchaban la enseñanza de los Apóstoles, se reunían en la fracción del pan y en la oración, alabando a Dios, gozando de la estima general del pueblo" (Act., 2,14-47). Desde entonces, la Iglesia nunca ha dejado de reunirse para celebrar el misterio pascual: leyendo "cuanto a él se refieren en toda la Escritura" (Lc., 24,27), celebrando la Eucaristía, en la cual "se hace de nuevo presentes la victoria y el triunfo de su Muerte", y dando gracias al mismo tiempo " a Dios por el don inefable" (2 Cor., 9,15) en Cristo Jesús, "para alabar su gloria" (Ef., 1,12), por la fuerza del Espíritu Santo.

Presencia de Cristo en la Liturgia

7. Para realizar una obra tan grande, Cristo está siempre presente en su Iglesia, sobre todo en la acción litúrgica. Está presente en el sacrificio de la Misa, sea en la persona del ministro, "ofreciéndose ahora por ministerio de los sacerdotes el mismo que entonces se ofreció en la cruz", sea sobre todo bajo las especies eucarísticas. Está presente con su fuerza en los Sacramentos, de modo que, cuando alguien bautiza, es Cristo quien bautiza. Está presente en su palabra, pues cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura, es El quien habla. Está presente, por último, cuando la Iglesia suplica y canta salmos, el mismo que prometió: "Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos" (Mt., 18,20). Realmente, en esta obra tan grande por la que Dios es perfectamente glorificado y los hombres santificados, Cristo asocia siempre consigo a su amadísima Esposa la Iglesia, que invoca a su Señor y por El tributa culto al Padre Eterno.

Con razón, pues, se considera la Liturgia como el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo. En ella los signos sensibles significan y, cada uno a su manera, realizan la santificación del hombre, y así el Cuerpo Místico de Jesucristo, es decir, la Cabeza y sus miembros, ejerce el culto público íntegro. En consecuencia, toda celebración litúrgica, por ser obra de Cristo sacerdotes y de su Cuerpo, que es la Iglesia, es acción sagrada por excelencia, cuya eficacia, con el mismo título y en el mismo grado, no la iguala ninguna otra acción de la Iglesia.
 
 
 
Parece que sí
Papa Emérito Benedicto XVI
 

lunes, 22 de abril de 2013

Ahora contraataca Marini

Piero Marini Ceremoniero de Juan Pablo II (no confundir con Guido Marini actual ceremoniero)
 
Lamentablemente algunos gestos de Francisco han sido tomados por miembros progresistas de la Jerarquía, periódicos católicos modernistas y los medios en general, como una repulsa implícita a la actuación de Benedicto XVI.

Es más, están intentando instalar en las mentes de los católicos, que la culpa de los males de la Iglesia ¡la tienen los tradicionalistas!.

Así, los casos de abuso sexual, las filtraciones del Vatileaks y las supuestas defraudaciones acaecidas en el Banco del Vaticano, IOR, vienen a ser responsabilidad de cierta Jerarquía afecta al latín, a la pompa ritualista y a los dogmas católicos. A la cabeza de los cuales está, claro, el Papa Emérito cuya "línea" acaba de ser derrotada en el último cónclave.

Como si no fuera de todos conocido que durante el largo pontificado de Juan Pablo II, que no fue precisamente un tradicionalista en regla, se ha brindado protección a los pederastas. Protección que vino a finalizar bajo Benedicto XVI.

O como si no fuera en la diócesis del Cardenal Mahony, un impresentable progresista rechazado hasta por su sucesor, donde se ha tenido que pagar una suma enorme de dólares como indemnización por los abusos sexuales del clero.

Lo que no pueden esconder los campeones de la desacralización y del ecumenismo vergonzante a todo trance, es que no le perdonan al Papa Emérito la restauración litúrgica que tenía en curso. Tímida para algunos, pero no por eso menos cierta; a tal punto que le ha granjeado la oposición cerrada de quienes no pueden disculparle el haber puesto palos en la rueda a la máquina que viene destruyendo la Catolicidad.

Así, por ejemplo, el inefable Kiko, bajo cuya capa se ha creado una "misa" judaizante", ha salido a decir en una carta enviada con motivo de las Pascuas:

"Yo quisiera, después de los milagros que va a hacer este Papa (Francisco) con nosotros, mandarle a Benedicto XVI una carta dándole las gracias. Porque gracias a que ha dimitido, la Iglesia se va a reformar, gracias a su sacrificio va a ser una explosión."

En esa línea, unas recientes declaraciones del ex ceremoniero Papal Mons. Piero Marini, responsable del afeamiento litúrgico ocurrido en los últimos años como dijimos AQUÍ, actual Presidente del Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales, dicen lo mismo que los demás progresistas señalados arriba, con el agravante que todavía supura por la herida causada cuando Benedicto lo despidió pocos días después de liberar la Misa Tridentina.

En una entrevista concedida a La Nación de Costa Rica, don Piero dice lo siguiente:

La elección de Francisco:

"es una primavera, una ventana abierta que nos permite respirar aire diferente. Hasta ahora hemos respirado aires de pantano, de aguas turbias, muertas, que huelen mal. La Iglesia estaba en una situación de tener miedo por todo, con los problemas del Vatileaks, de los pedófilos, todas estas cosas que ya no aguantamos más. En cambio desde que Francisco fue elegido, ya no se habla más de estos problemas"

Es decir, con Benedicto estaba todo podrido y ahora, en un abrir y cerrar de ojos llegó tal primavera, que hasta los medios olvidaron los problemas. ¿No será que esos mismos medios esperan de Francisco determinadas cosas, por lo cual lo han alabado en forma extrañamente coordinada desde el primer anuncio de su elección?

La entrevista sigue con algunas declaraciones que en el fondo implican una denigración de Benedicto XVI. Así ha dicho, por contradicción, que vivía rodeado de obras de arte y oro en el Palacio Apostólico. Recordemos que Piero Marini trabajó 22 años, desde 1965 hasta 1987 en la reforma litúrgica que padecemos, y no le habrán hecho ninguna gracia las iniciativas del Papa Emérito al respecto.

Queremos destacar de entre ellas lo siguiente:
  • la renuncia de la doctrina de la Realeza de Jesucristo que implican sus palabras con respecto a la laicidad del Estado.
  • el apoyo a las uniones gay: "no soy contrario a que el estado reconozca la unión (entre homosexuales) porque es necesario hoy. Lo veo en Italia en que no hay esto, y sufren tantas personas... dos personas se ponen juntas y no pueden ir cuando uno se enferma... hay varios problemas, la herencia, todo eso... pero no podemos decir que esto es una familia, un matrimonio"
  • Y la perla de la charla, exigir que, según lo dispuesto por el Vaticano II, se establezca un gobierno colegiado de la Iglesia: "La Iglesia del siglo XXI necesita aceptar el Concilio Vaticano II en un gobierno "comunional". Los obispos son la suprema autoridad de la Iglesia junto con el Papa y nunca sin él. Así lo ha definido el Concilio. Ahora el Papa tiene que constituir un sínodo de Obispos para que gobierne a la Iglesia junto con el Papa. Solamente eso puede salvar las decisiones del Papa como privadas suyas y no como de toda la lglesia. Una decisión del Papa tomada junto con los obispos tiene la autoridad por toda la Iglesia."

¿Nos gustaría saber dónde ha definido eso el Concilio? También nos gustaría recordarle a Mons. Piero Marini, unos de los artífices de la reforma del rito de la Misa, si no sabe que está bordeando la excomunión establecida por el Concilio Vaticano I en la Constitución Pastor Æternus:
"Así, pues, si alguno dijere que el Romano Pontífice tiene tan sólo un cargo de inspección o de dirección, pero no una potestad plena y suprema de jurisdicción sobre la universal Iglesia, no sólo en aquellas cosas que pertenecen a la fe y costumbres, sino también en lo tocante a la disciplina y al gobierno de la Iglesia extendida por todo el mundo; o dijere que tiene la parte principal, pero no la plenitud de esa potestad suprema; o que su potestad no es ordinaria e inmediata, tanto en todas y cada una de las iglesias como en todos y cada uno de los pastores y fieles, sea anatema."

fuente: Página Católica

jueves, 18 de abril de 2013

Ambigüedad en los documentos del CVII: será posible?

O Kasper no sabe que bando tomar...



Estos son extractos de una entrevista concedida por el cardenal alemán Walter Kasper a L´Obsservatore Romano, el pasado viernes.
En muchos lugares, [los padres conciliares] tenía que encontrar fórmulas de compromiso, en las cuales, a menudo, las posiciones de la mayoría están ubicadas justo al lado de las de la minoría, diseñadas para delimitarlas. Por lo tanto, los mismos textos conciliares tienen un enorme potencial de conflicto, abren la puerta a una recepción selectiva en cualquier dirección. (Cardenal Walter Kasper, L’Osservatore Romano, 12 de abril de 2013)-
Para la mayoría de los católicos, los desarrollos puestos en marcha por el Concillio son parte de la vida cotidiana de la Iglesia. Pero lo que están viviendo no es el gran nuevo comienzo ni la primavera de la Iglesia, que se esperaba en ese momento, sino más bien una Iglesia que tiene un aspecto invernal, y muestra claros signos de crisis.
Para aquellos que conocen la historia de los veinte concilios reconocidos como ecuménicos, esto [el estado de confusión] no será una sorpresa. Los tiempos post-conciliares eran casi siempre turbulentos. El Vaticano [segundo], sin embargo, es un caso especial.
¿El cardenal Kasper afirma las posiciones de Michael Davies, Lefebvre y los tradicionalistas? Estos son tiempos extraños, de hecho.
fuente: Tradición Digital