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lunes, 4 de noviembre de 2013

Secuencia de la misa Pro defunctis

Esta hermosa secuencia se canta en latín en el día que se conmemoran a los fieles difuntos, hermoso poema que nos hace pensar en el futuro y como debemos aprovechar de mejor manera el tiempo que tenemos. Gracias Señor por tu misericordia y tu justicia.


Dies iræ, dies illa,
Solvet sæclum in favilla,
Teste David cum Sibylla !
Quantus tremor est futurus,
quando iudex est venturus,
cuncta stricte discussurus !
Tuba mirum spargens sonum
per sepulcra regionum,
coget omnes ante thronum.
Mors stupebit et Natura,
cum resurget creatura,
iudicanti responsura.
Liber scriptus proferetur,
in quo totum continetur,
unde Mundus iudicetur.
Iudex ergo cum sedebit,
quidquid latet apparebit,
nihil inultum remanebit.
Quid sum miser tunc dicturus ?
Quem patronum rogaturus,
cum vix iustus sit securus ?
Rex tremendæ maiestatis,
qui salvandos salvas gratis,
salva me, fons pietatis.
Recordare, Iesu pie,
quod sum causa tuæ viæ ;
ne me perdas illa die.
Quærens me, sedisti lassus,
redemisti crucem passus,
tantus labor non sit cassus.
Iuste Iudex ultionis,
donum fac remissionis
ante diem rationis.
Ingemisco, tamquam reus,
culpa rubet vultus meus,
supplicanti parce Deus.
Qui Mariam absolvisti,
et latronem exaudisti,
mihi quoque spem dedisti.
Preces meæ non sunt dignæ,
sed tu bonus fac benigne,
ne perenni cremer igne.
Inter oves locum præsta,
et ab hædis me sequestra,
statuens in parte dextra.
Confutatis maledictis,
flammis acribus addictis,
voca me cum benedictis.
Oro supplex et acclinis,
cor contritum quasi cinis,
gere curam mei finis.
Lacrimosa dies illa,
qua resurget ex favilla
iudicandus homo reus.
Huic ergo parce, Deus.
Pie Iesu Domine,
dona eis requiem. Amen.

Día de la ira, aquel día
en que los siglos se reduzcan a cenizas;
como testigos el rey David y la Sibila.
¡Cuánto terror habrá en el futuro
cuando el juez haya de venir
a juzgar todo estrictamente!
La trompeta, esparciendo un sonido admirable
por los sepulcros de todos los reinos
reunirá a todos ante el trono.
La muerte y la Naturaleza se asombrarán,
cuando resucite la criatura
para que responda ante su juez.
Aparecerá el libro escrito
en que se contiene todo
y con el que se juzgará al mundo.
Así, cuando el juez se siente
lo escondido se mostrará
y no habrá nada sin castigo.
¿Qué diré yo entonces, pobre de mí?
¿A qué protector rogaré
cuando apenas el justo esté seguro?
Rey de tremenda majestad
tú que, salvas gratuitamente a los que hay que salvar,
sálvame, fuente de piedad.
Acuérdate, piadoso Jesús
de que soy la causa de tu calvario;
no me pierdas en este día.
Buscándome, te sentaste agotado
me redimiste sufriendo en la cruz
no sean vanos tantos trabajos.
Justo juez de venganza
concédeme el regalo del perdón
antes del día del juicio.
Grito, como un reo;
la culpa enrojece mi rostro.
Perdona, Señor, a este suplicante.
Tú, que absolviste a Magdalena
y escuchaste la súplica del ladrón,
me diste a mí también esperanza.
Mis plegarias no son dignas,
pero tú, al ser bueno, actúa con bondad
para que no arda en el fuego eterno.
Colócame entre tu rebaño
y sepárame de los machos cabríos
situándome a tu derecha.
Confundidos los malditos
arrojados a las llamas voraces
hazme llamar entre los benditos.
Te lo ruego, suplicante y de rodillas,
el corazón acongojado, casi hecho cenizas:
hazte cargo de mi destino.
Día de lágrimas será aquel renombrado día
en que resucitará, del polvo
para el juicio, el hombre culpable.
A ese, pues, perdónalo, oh Dios.
Señor de piedad, Jesús,
concédeles el descanso. Amén.

sábado, 2 de noviembre de 2013

2 de noviembre: Memoria de los fieles difuntos

Acordémonos de nuestros padres, parientes, amigos, bienhechores, conocidos, enemigos y demás que ya descansan en espera del juicio universal y ofrezcamos misas, oraciones y penitencia en sufragio de sus almas.

jueves, 31 de octubre de 2013

Novena de las Ánimas del Purgatorio Día 9

Por la señal... 

Acto de Contrición
     
Señor mío Jesucristo,  Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, en quien espero, a quien amo más que a mi vida, más que  a todas las cosas; a mí me pesa, pésame, Señor, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois, tan bueno, tan santo, tan amable: pésame también porque con mis pecados h merecido las crueles penas del purgatorio, y ¡quién sabe! acaso también los eternos tormentos del infierno. Propongo ayudado de vuestra gracia, nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme, enmendar mis yerros y perseverar hasta la muerte en vuestra amistad. ¡Oh Dios mío! esta gracia os pido por el amor que tenéis a esas benditas Ánimas, por vuestros méritos y dolores de vuestra afligidísima Madre. Amén
 
Oración para todos los días
 
¡Oh Padre Eterno! ¡Padre amantísimo! ¡Padre misericordiosísimo! que impelido por las entrañas de vuestra misericordia, tanto amásteis al mundo que no parásteis hasta darle a vuestro Hijo Unigénito, a fin   de que todos los que creen en Él no perezcan sino que vivan vida eterna, ¿permitiríais que sufran largo tiempo en el purgatorio esas almas queridas, hijas vuestras, y esposas de Jesucristo, quien las compró con el precio de su sangre? Tened piedad de esas afligidas prisioneras y libradlas de sus penas y tormentos. Tened asimismo piedad de mi pobre alma, librándola del cautiverio del pecado. Y si vuestra justicia no satisfecha aún, pide satisfacción por las culpas que han cometido, os ofrezco los actos de virtud que haga durante esta novena. ¡Ah! nada o muy poco valen todos ellos, es verdad; más yo os los presento en unión de los merecimientos de Jesucristo, de los dolores de su Madre Santísima, y de las virtudes heroicas de cuantas almas justas han vivido en el mundo. Compadeceos así de  los vivos como de los difuntos y concedednos a todos la gracia de gozar un día de vuestra misericordia en el cielo. Amén.
CONSIDERACION
 
 Grandes son todas las penas que sufren aquellas santas almas, el fuego, el tedio, la oscuridad, la incertidumbre del tiempo que han de verse libres de aquella cárcel; pero de todas, la mayor para esas santas esposas, es la de verse separadas de su divino Esposo y privadas de su vista y presencia.
¡Oh Dios mío! ¿cómo he podido yo vivir tantos años lejos de Vos, privado de vuestra gracia? ¡Oh Bondad infinita! os amo sobre todas las cosas, me arrepiento con todo mi corazón de haberos ofendido, y os prometo antes morir que volver más a ofenderos. Dadme la santa perseverancia, y no permitáis que vuelva a caer otra vez en vuestra desgracia. Os suplico tengáis piedad de aquellas santas almas, que las aliviéis en sus tormentos y abreviéis el tiempo de su destierro, ya admitiéndolas cuanto antes a la dicha de amaros para siempre en el cielo.
 
Cinco Padrenuestros y Avemarías por las almas que sufren más.
 
Obsequio
 
Tomar una firme resolución de ofrecer todas nuestras obras satisfactorias en sufragio de las pobrecitas ánimas.

Encomendemos ahora a Jesucristo y a su Santísima Madre todas la lamas de purgatorio en especial las de nuestros parientes, bienhechores, amigos y enemigos y sobre todo las de aquellos por quienes estamos obligados a pedir. Ofrezcamos a Dios en su favor las siguientes:
 
SÚPLICAS
 
A nuestro Señor Jesucristo, para que por los dolores de su pasión, tenga misericordia de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por el sudor de sangre que derramasteis en el Huerto de Getsemaní: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por los dolores de vuestra crudelísima flagelación: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por los dolores que padecisteis llevando hasta el Calvario la cruz a cuestas: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por el inmenso dolor que padecisteis al separarse vuestra alma de vuestro cuerpo: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
Encomendémonos en fin todos a las almas del purgatorio, diciendo:
 
¡Oh, ánimas benditas! ya que por vosotras hemos rogado, vosotras que tan amadas sois del Señor, y que tenéis la certeza de no poderle ya perder, rogadle por nosotros que nos vemos todavía en peligro de condenarnos y perder a Dios para siempre.
 
V. -Dadles, Señor el descanso eterno.
R. -Y brille para ellos la luz perpetua.
V. -Descansen en paz.
R. -Amén. 
V. -Señor, escucha mi oración.
R. -Y hasta a Vos llegue mi clamor.
V. -El Señor sea con vosotros
R. -Y con tu espíritu.
 
¡Oh Dios Creador y Redentor de todos los fieles! conceded a las almas de vuestros siervos y siervas que gimen en el purgatorio, sobre todo el alma de N.N. el perdón de toda la pena temporal debida a sus pecados a fin de que, mediante los humildes ruegos que os dirigimos en su favor alcancen cuanto antes la tan deseada remisión. Os lo pedimos por Jesucristo que con Vos vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
 
V. -Descansen en paz.
R. -Amén.

Al finalizar se recitan los: 
ORACION
a las benditas ánimas libertadas del purgatorio por nuestros sufragios
Para el último día del novenario
 
¡Oh felices y bienaventuradas almas que habéis tenido la dicha de entrar en la patria celestial! Os felicitamos con todo nuestro corazón, y en nombre de toda la Iglesia os damos mil parabienes. Nos alegramos con vosotras; unimos nuestra alegría con la alegría de los santos y bienaventurados; juntamos nuestras alabanzas con las que vosotras dais a vuestro Creador por tan inapreciable favor. Sí, almas dichosas, regocijaos. No habrá ya para vosotras ni tristezas ni angustias; ya se acabaron los peligros y tentaciones. Ahora disfrutáis la paz, la felicidad, la alegría, el gozo, el consuelo, y el descanso eterno de los bienaventurados. ¡Qué gloria para vosotros, si con nuestros sufragios os hemos acelerado vuestra dicha! Triunfad, pues, reinad, gozad en el cielo, pero no os olvidéis de nosotros que combatimos aún sobre la tierra; miradnos con compasión, pues estamos rodeados de numerosos y temibles enemigos. Ya que sois tan poderosas para con Dios, rogad por vuestros devotos para que seamos fieles y constantes en el servicio de Dios y podamos así alabarle y bendecirle un día con vosotras eternamente en la Gloria. Amén. 

miércoles, 30 de octubre de 2013

Novena de las Ánimas del Purgatorio Día 8

Por la señal...

Acto de Contrición
     
Señor mío Jesucristo,  Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, en quien espero, a quien amo más que a mi vida, más que  a todas las cosas; a mí me pesa, pésame, Señor, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois, tan bueno, tan santo, tan amable: pésame también porque con mis pecados h merecido las crueles penas del purgatorio, y ¡quién sabe! acaso también los eternos tormentos del infierno. Propongo ayudado de vuestra gracia, nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme, enmendar mis yerros y perseverar hasta la muerte en vuestra amistad. ¡Oh Dios mío! esta gracia os pido por el amor que tenéis a esas benditas Ánimas, por vuestros méritos y dolores de vuestra afligidísima Madre. Amén
 
Oración para todos los días
 
¡Oh Padre Eterno! ¡Padre amantísimo! ¡Padre misericordiosísimo! que impelido por las entrañas de vuestra misericordia, tanto amásteis al mundo que no parásteis hasta darle a vuestro Hijo Unigénito, a fin   de que todos los que creen en Él no perezcan sino que vivan vida eterna, ¿permitiríais que sufran largo tiempo en el purgatorio esas almas queridas, hijas vuestras, y esposas de Jesucristo, quien las compró con el precio de su sangre? Tened piedad de esas afligidas prisioneras y libradlas de sus penas y tormentos. Tened asimismo piedad de mi pobre alma, librándola del cautiverio del pecado. Y si vuestra justicia no satisfecha aún, pide satisfacción por las culpas que han cometido, os ofrezco los actos de virtud que haga durante esta novena. ¡Ah! nada o muy poco valen todos ellos, es verdad; más yo os los presento en unión de los merecimientos de Jesucristo, de los dolores de su Madre Santísima, y de las virtudes heroicas de cuantas almas justas han vivido en el mundo. Compadeceos así de  los vivos como de los difuntos y concedednos a todos la gracia de gozar un día de vuestra misericordia en el cielo. Amén.
 
CONSIDERACION
 
Otra pena, en extremo amarga para aquellas benditas almas, es el pensar que durante su vida usó Dios con ellas de muchas misericordias especiales, que no tuvo con los demás; y que ellas con sus pecados le obligaron a que las odiara y condenara al infierno, aunque después por su misericordia las haya perdonado y salvado.
Vedme aquí ¡oh Dios mío! Yo soy uno de aquellos ingratos que después de haber recibido de Vos tantas gracias, he despreciado vuestro amor y os he obligado a condenarme al infierno. ¡Oh Bondad infinita! ahora os amo sobre todas las cosas; me arrepiento con toda mi alma de haberos ofendido y os prometo antes morir que volver más a ofenderos. Dadme la santa perseverancia; tened piedad de mí y de aquellas santas almas que se purifican en el fuego. Y Vos, ¡oh María Madre de Dios! socorredlas con vuestros poderosos ruegos. Amén. 
 
Cinco Padrenuestros y Avemarías por las almas que sufren más. 

Obsequio
 
El mayor sufragio que reclaman las benditas ánimas, el más necesario para nosotros, y el más acepto a Dios es hacer una buena confesión, sin callar pecado alguno al confesor.

Encomendemos ahora a Jesucristo y a su Santísima Madre todas la lamas de purgatorio en especial las de nuestros parientes, bienhechores, amigos y enemigos y sobre todo las de aquellos por quienes estamos obligados a pedir. Ofrezcamos a Dios en su favor las siguientes:
 
SÚPLICAS
 
A nuestro Señor Jesucristo, para que por los dolores de su pasión, tenga misericordia de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por el sudor de sangre que derramasteis en el Huerto de Getsemaní: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por los dolores de vuestra crudelísima flagelación: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por los dolores que padecisteis llevando hasta el Calvario la cruz a cuestas: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por el inmenso dolor que padecisteis al separarse vuestra alma de vuestro cuerpo: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
Encomendémonos en fin todos a las almas del purgatorio, diciendo:
 
¡Oh, ánimas benditas! ya que por vosotras hemos rogado, vosotras que tan amadas sois del Señor, y que tenéis la certeza de no poderle ya perder, rogadle por nosotros que nos vemos todavía en peligro de condenarnos y perder a Dios para siempre.
 
V. -Dadles, Señor el descanso eterno.
R. -Y brille para ellos la luz perpetua.
V. -Descansen en paz.
R. -Amén. 
V. -Señor, escucha mi oración.
R. -Y hasta a Vos llegue mi clamor.
V. -El Señor sea con vosotros
R. -Y con tu espíritu.
 
¡Oh Dios Creador y Redentor de todos los fieles! conceded a las almas de vuestros siervos y siervas que gimen en el purgatorio, sobre todo el alma de N.N. el perdón de toda la pena temporal debida a sus pecados a fin de que, mediante los humildes ruegos que os dirigimos en su favor alcancen cuanto antes la tan deseada remisión. Os lo pedimos por Jesucristo que con Vos vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
 
V. -Descansen en paz.
R. -Amén.

Al finalizar se recitan los:
Lamentos de las benditas ánimas del purgatorio

martes, 29 de octubre de 2013

Novena de las Ánimas del Purgatorio Día 7

Por la señal...

Acto de Contrición
     
Señor mío Jesucristo,  Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, en quien espero, a quien amo más que a mi vida, más que  a todas las cosas; a mí me pesa, pésame, Señor, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois, tan bueno, tan santo, tan amable: pésame también porque con mis pecados h merecido las crueles penas del purgatorio, y ¡quién sabe! acaso también los eternos tormentos del infierno. Propongo ayudado de vuestra gracia, nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme, enmendar mis yerros y perseverar hasta la muerte en vuestra amistad. ¡Oh Dios mío! esta gracia os pido por el amor que tenéis a esas benditas Ánimas, por vuestros méritos y dolores de vuestra afligidísima Madre. Amén
 
Oración para todos los días
 
¡Oh Padre Eterno! ¡Padre amantísimo! ¡Padre misericordiosísimo! que impelido por las entrañas de vuestra misericordia, tanto amásteis al mundo que no parásteis hasta darle a vuestro Hijo Unigénito, a fin   de que todos los que creen en Él no perezcan sino que vivan vida eterna, ¿permitiríais que sufran largo tiempo en el purgatorio esas almas queridas, hijas vuestras, y esposas de Jesucristo, quien las compró con el precio de su sangre? Tened piedad de esas afligidas prisioneras y libradlas de sus penas y tormentos. Tened asimismo piedad de mi pobre alma, librándola del cautiverio del pecado. Y si vuestra justicia no satisfecha aún, pide satisfacción por las culpas que han cometido, os ofrezco los actos de virtud que haga durante esta novena. ¡Ah! nada o muy poco valen todos ellos, es verdad; más yo os los presento en unión de los merecimientos de Jesucristo, de los dolores de su Madre Santísima, y de las virtudes heroicas de cuantas almas justas han vivido en el mundo. Compadeceos así de  los vivos como de los difuntos y concedednos a todos la gracia de gozar un día de vuestra misericordia en el cielo. Amén.
CONSIDERACION
 
Aumentan también la pena de aquellas benditas almas todos los beneficios particulares que recibieron de Dios, como el haber recibido el bautismo, el haber nacido en país católico, el haberlos esperado Dios a penitencia, y el haber alcanzado el perdón de sus pecados: porque todos esos favores les hacen conocer mejor la ingratitud con que han correspondido a su Dios.
Pero ¡oh Dios mío! ¿quién ha sido más ingrato que yo? Vos me habéis esperado con tanta paciencia, me habéis tantas veces perdonado con tanto amor y yo, después de tantas promesas, os he vuelto a ofender. ¡Oh! no me arrojéis al infierno, porque os quiero amar y en el infierno no podría hacerlo. ¡Oh Bondad infinita! me arrepiento de haberos ofendido y os prometo antes morir que ofenderos de nuevo. Dadme la santa perseverancia; tened piedad de mí y de aquellas Santas que se purifican en la fuego. Y Vos, ¡oh María Madre de Dios! socorredlas con vuestras poderosas súplicas.
 
Cinco Padrenuestros y Avemarías por las almas que sufren más.
 
Obsequio
 
Dar una limosna en sufragio de las almas del purgatorio.

Encomendemos ahora a Jesucristo y a su Santísima Madre todas la lamas de purgatorio en especial las de nuestros parientes, bienhechores, amigos y enemigos y sobre todo las de aquellos por quienes estamos obligados a pedir. Ofrezcamos a Dios en su favor las siguientes:
 
SÚPLICAS
 
A nuestro Señor Jesucristo, para que por los dolores de su pasión, tenga misericordia de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por el sudor de sangre que derramasteis en el Huerto de Getsemaní: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por los dolores de vuestra crudelísima flagelación: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por los dolores que padecisteis llevando hasta el Calvario la cruz a cuestas: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por el inmenso dolor que padecisteis al separarse vuestra alma de vuestro cuerpo: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
Encomendémonos en fin todos a las almas del purgatorio, diciendo:
 
¡Oh, ánimas benditas! ya que por vosotras hemos rogado, vosotras que tan amadas sois del Señor, y que tenéis la certeza de no poderle ya perder, rogadle por nosotros que nos vemos todavía en peligro de condenarnos y perder a Dios para siempre.
 
V. -Dadles, Señor el descanso eterno.
R. -Y brille para ellos la luz perpetua.
V. -Descansen en paz.
R. -Amén. 
V. -Señor, escucha mi oración.
R. -Y hasta a Vos llegue mi clamor.
V. -El Señor sea con vosotros
R. -Y con tu espíritu.
 
¡Oh Dios Creador y Redentor de todos los fieles! conceded a las almas de vuestros siervos y siervas que gimen en el purgatorio, sobre todo el alma de N.N. el perdón de toda la pena temporal debida a sus pecados a fin de que, mediante los humildes ruegos que os dirigimos en su favor alcancen cuanto antes la tan deseada remisión. Os lo pedimos por Jesucristo que con Vos vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
 
V. -Descansen en paz.
R. -Amén.

Al finalizar se recitan los:
Lamentos de las benditas ánimas del purgatorio

lunes, 28 de octubre de 2013

Novena de las Ánimas del Purgatorio Día 6

Por las señal...

Acto de Contrición
     
Señor mío Jesucristo,  Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, en quien espero, a quien amo más que a mi vida, más que  a todas las cosas; a mí me pesa, pésame, Señor, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois, tan bueno, tan santo, tan amable: pésame también porque con mis pecados h merecido las crueles penas del purgatorio, y ¡quién sabe! acaso también los eternos tormentos del infierno. Propongo ayudado de vuestra gracia, nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme, enmendar mis yerros y perseverar hasta la muerte en vuestra amistad. ¡Oh Dios mío! esta gracia os pido por el amor que tenéis a esas benditas Ánimas, por vuestros méritos y dolores de vuestra afligidísima Madre. Amén
 
Oración para todos los días
 
¡Oh Padre Eterno! ¡Padre amantísimo! ¡Padre misericordiosísimo! que impelido por las entrañas de vuestra misericordia, tanto amásteis al mundo que no parásteis hasta darle a vuestro Hijo Unigénito, a fin   de que todos los que creen en Él no perezcan sino que vivan vida eterna, ¿permitiríais que sufran largo tiempo en el purgatorio esas almas queridas, hijas vuestras, y esposas de Jesucristo, quien las compró con el precio de su sangre? Tened piedad de esas afligidas prisioneras y libradlas de sus penas y tormentos. Tened asimismo piedad de mi pobre alma, librándola del cautiverio del pecado. Y si vuestra justicia no satisfecha aún, pide satisfacción por las culpas que han cometido, os ofrezco los actos de virtud que haga durante esta novena. ¡Ah! nada o muy poco valen todos ellos, es verdad; más yo os los presento en unión de los merecimientos de Jesucristo, de los dolores de su Madre Santísima, y de las virtudes heroicas de cuantas almas justas han vivido en el mundo. Compadeceos así de  los vivos como de los difuntos y concedednos a todos la gracia de gozar un día de vuestra misericordia en el cielo. Amén.
 
CONSIDERACION
 
Cuanto mayor es el consuelo que a aquellas benditas almas les causa el recuerdo de la pasión de Jesucristo, por cuya virtud se salvaron, y del Santísimo Sacramento del Altar, que les proporcionó y aún les proporciona tantas gracias. por medio de misas y comuniones, tanto más les atormenta el pensamiento de no haber correspondido en vida a estos dos grandes beneficios del amor de Jesucristo.
¡Oh, Dios mío! Vos moristeis también por mí, y os disteis muchas veces a mí en la Sagrada Comunión, y yo siempre os he correspondido con negra ingratitud; más ahora os amo sobre todas las cosas, ¡oh supremo Bien mío! me arrepiento muy de corazón de haberos ofendido y os prometo antes morir que volver a ofenderos. Dadme la santa perseverancia; tened piedad de mí y de aquellas santas almas que arden en ese fuego. Y Vos, ¡oh María, Madre de Dios! socorredlas con vuestros poderosos ruegos, Amén.
 
Cinco Padrenuestros y Avemarías por las almas que sufren más.
 
Obsequio
 
En sufragio de las almas del purgatorio aplicar los cien días de Indulgencia que se pueden ganar cada vez, diciendo devotamente: Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.

Encomendemos ahora a Jesucristo y a su Santísima Madre todas la lamas de purgatorio en especial las de nuestros parientes, bienhechores, amigos y enemigos y sobre todo las de aquellos por quienes estamos obligados a pedir. Ofrezcamos a Dios en su favor las siguientes:
 
SÚPLICAS
A nuestro Señor Jesucristo, para que por los dolores de su pasión, tenga misericordia de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por el sudor de sangre que derramasteis en el Huerto de Getsemaní: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por los dolores de vuestra crudelísima flagelación: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por los dolores que padecisteis llevando hasta el Calvario la cruz a cuestas: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por el inmenso dolor que padecisteis al separarse vuestra alma de vuestro cuerpo: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
Encomendémonos en fin todos a las almas del purgatorio, diciendo:
 
¡Oh, ánimas benditas! ya que por vosotras hemos rogado, vosotras que tan amadas sois del Señor, y que tenéis la certeza de no poderle ya perder, rogadle por nosotros que nos vemos todavía en peligro de condenarnos y perder a Dios para siempre.
 
V. -Dadles, Señor el descanso eterno.
R. -Y brille para ellos la luz perpetua.
V. -Descansen en paz.
R. -Amén. 
V. -Señor, escucha mi oración.
R. -Y hasta a Vos llegue mi clamor.
V. -El Señor sea con vosotros
R. -Y con tu espíritu.
 
¡Oh Dios Creador y Redentor de todos los fieles! conceded a las almas de vuestros siervos y siervas que gimen en el purgatorio, sobre todo el alma de N.N. el perdón de toda la pena temporal debida a sus pecados a fin de que, mediante los humildes ruegos que os dirigimos en su favor alcancen cuanto antes la tan deseada remisión. Os lo pedimos por Jesucristo que con Vos vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
 
V. -Descansen en paz.
R. -Amén.

Al finalizar se recitan los: 

domingo, 27 de octubre de 2013

Novena de las Ánimas del Purgatorio Día 5




Por las señal...

Acto de Contrición
     
Señor mío Jesucristo,  Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, en quien espero, a quien amo más que a mi vida, más que  a todas las cosas; a mí me pesa, pésame, Señor, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois, tan bueno, tan santo, tan amable: pésame también porque con mis pecados h merecido las crueles penas del purgatorio, y ¡quién sabe! acaso también los eternos tormentos del infierno. Propongo ayudado de vuestra gracia, nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme, enmendar mis yerros y perseverar hasta la muerte en vuestra amistad. ¡Oh Dios mío! esta gracia os pido por el amor que tenéis a esas benditas Ánimas, por vuestros méritos y dolores de vuestra afligidísima Madre. Amén
 
Oración para todos los días
 
¡Oh Padre Eterno! ¡Padre amantísimo! ¡Padre misericordiosísimo! que impelido por las entrañas de vuestra misericordia, tanto amásteis al mundo que no parásteis hasta darle a vuestro Hijo Unigénito, a fin   de que todos los que creen en Él no perezcan sino que vivan vida eterna, ¿permitiríais que sufran largo tiempo en el purgatorio esas almas queridas, hijas vuestras, y esposas de Jesucristo, quien las compró con el precio de su sangre? Tened piedad de esas afligidas prisioneras y libradlas de sus penas y tormentos. Tened asimismo piedad de mi pobre alma, librándola del cautiverio del pecado. Y si vuestra justicia no satisfecha aún, pide satisfacción por las culpas que han cometido, os ofrezco los actos de virtud que haga durante esta novena. ¡Ah! nada o muy poco valen todos ellos, es verdad; más yo os los presento en unión de los merecimientos de Jesucristo, de los dolores de su Madre Santísima, y de las virtudes heroicas de cuantas almas justas han vivido en el mundo. Compadeceos así de  los vivos como de los difuntos y concedednos a todos la gracia de gozar un día de vuestra misericordia en el cielo. Amén.
 
CONSIDERACIÓN
 
Otra de las grandes penas que afligen a aquellas benditas almas es el sufrir aquel fuego sin saber cuándo tendrán fin sus tormentos: Es verdad que tienen la certidumbre de verse un día libres de ellos; pero la incertidumbre del tiempo en que se han de acabar, les causa un gravísimo tormento.
¡Oh Señor! ¡qué desgracia tan grande la mía si me hubieseis enviado al infierno, a esa cárcel de tormentos, teniendo la seguridad de no salir de ella jamás! Os amo sobre todas las cosas ¡oh Bondad infinita! y me arrepiento con todo mi corazón de haberos ofendido y os prometo antes morir que volver a ofenderos. Concededme la santa perseverancia, tened piedad de mí y de aquellas santas almas que se purifican en el fuego. Y Vos ¡oh María, Madre de Dios! socorredlas con vuestros poderosos ruegos, Amén.
 
Cinco Padrenuestros y Avemarías por las almas que sufren más.
 
Obsequio
 
Mañana no comer nada fuera de las horas acostumbradas o hacer alguna mortificación corporal en sufragio de las benditas ánimas del purgatorio.

Encomendemos ahora a Jesucristo y a su Santísima Madre todas la lamas de purgatorio en especial las de nuestros parientes, bienhechores, amigos y enemigos y sobre todo las de aquellos por quienes estamos obligados a pedir. Ofrezcamos a Dios en su favor las siguientes:
 
SÚPLICAS
A nuestro Señor Jesucristo, para que por los dolores de su pasión, tenga misericordia de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por el sudor de sangre que derramasteis en el Huerto de Getsemaní: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por los dolores de vuestra crudelísima flagelación: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por los dolores que padecisteis llevando hasta el Calvario la cruz a cuestas: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por el inmenso dolor que padecisteis al separarse vuestra alma de vuestro cuerpo: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
Encomendémonos en fin todos a las almas del purgatorio, diciendo:
 
¡Oh, ánimas benditas! ya que por vosotras hemos rogado, vosotras que tan amadas sois del Señor, y que tenéis la certeza de no poderle ya perder, rogadle por nosotros que nos vemos todavía en peligro de condenarnos y perder a Dios para siempre.
 
V. -Dadles, Señor el descanso eterno.
R. -Y brille para ellos la luz perpetua.
V. -Descansen en paz.
R. -Amén. 
V. -Señor, escucha mi oración.
R. -Y hasta a Vos llegue mi clamor.
V. -El Señor sea con vosotros
R. -Y con tu espíritu.
 
¡Oh Dios Creador y Redentor de todos los fieles! conceded a las almas de vuestros siervos y siervas que gimen en el purgatorio, sobre todo el alma de N.N. el perdón de toda la pena temporal debida a sus pecados a fin de que, mediante los humildes ruegos que os dirigimos en su favor alcancen cuanto antes la tan deseada remisión. Os lo pedimos por Jesucristo que con Vos vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
 
V. -Descansen en paz.
R. -Amén.

Al finalizar se recitan los:
Lamentos de las benditas ánimas del purgatorio
 

sábado, 26 de octubre de 2013

Novena de las Ánimas del Purgatorio Día 4

Por la señal...

Acto de Contrición
     
Señor mío Jesucristo,  Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, en quien espero, a quien amo más que a mi vida, más que  a todas las cosas; a mí me pesa, pésame, Señor, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois, tan bueno, tan santo, tan amable: pésame también porque con mis pecados h merecido las crueles penas del purgatorio, y ¡quién sabe! acaso también los eternos tormentos del infierno. Propongo ayudado de vuestra gracia, nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme, enmendar mis yerros y perseverar hasta la muerte en vuestra amistad. ¡Oh Dios mío! esta gracia os pido por el amor que tenéis a esas benditas Ánimas, por vuestros méritos y dolores de vuestra afligidísima Madre. Amén
 
Oración para todos los días
 
¡Oh Padre Eterno! ¡Padre amantísimo! ¡Padre misericordiosísimo! que impelido por las entrañas de vuestra misericordia, tanto amásteis al mundo que no parásteis hasta darle a vuestro Hijo Unigénito, a fin   de que todos los que creen en Él no perezcan sino que vivan vida eterna, ¿permitiríais que sufran largo tiempo en el purgatorio esas almas queridas, hijas vuestras, y esposas de Jesucristo, quien las compró con el precio de su sangre? Tened piedad de esas afligidas prisioneras y libradlas de sus penas y tormentos. Tened asimismo piedad de mi pobre alma, librándola del cautiverio del pecado. Y si vuestra justicia no satisfecha aún, pide satisfacción por las culpas que han cometido, os ofrezco los actos de virtud que haga durante esta novena. ¡Ah! nada o muy poco valen todos ellos, es verdad; más yo os los presento en unión de los merecimientos de Jesucristo, de los dolores de su Madre Santísima, y de las virtudes heroicas de cuantas almas justas han vivido en el mundo. Compadeceos así de  los vivos como de los difuntos y concedednos a todos la gracia de gozar un día de vuestra misericordia en el cielo. Amén. 
 
CONSIDERACIÓN
 
Una de las penas que más afligen a aquellas almas esposas de Jesucristo, es el pensar que en vida por sus culpas disgustaron a aquel Dios a quien tanto aman. Se han visto penitentes morir de dolor al pensar que habían ofendido a un Dios tan bueno. Mucho mejor que nosotros conocen las almas del purgatorio cuán amable es Dios, y por consiguiente lo aman con todas sus fuerzas; por eso, al pensar que le disgustaron en vida, experimentan un dolor superior a todo otro dolor.
¡Oh, Dios mío! porque sois Bondad infinita me arrepiento con todo mi corazón de haberos ofendido. Os prometo antes morir que volver a ofenderos. Dadme la santa perseverancia; tened piedad de mí y de aquellas santas almas que arden en ese fuego, y que os aman de todo corazón. Y Vos, ¡oh María, Madre de Dios! socorredlas con vuestros poderosos ruegos. Amén.
 
Cinco Padrenuestros y Avemarías por las almas que sufren más.
 
Obsequio
 
Mañana, en sufragio de las benditas ánimas y en satisfacción de las palabras altivas que hubiéramos dicho, besar tres veces la tierra.

Encomendemos ahora a Jesucristo y a su Santísima Madre todas la lamas de purgatorio en especial las de nuestros parientes, bienhechores, amigos y enemigos y sobre todo las de aquellos por quienes estamos obligados a pedir. Ofrezcamos a Dios en su favor las siguientes:
 

 
SÚPLICAS
A nuestro Señor Jesucristo, para que por los dolores de su pasión, tenga misericordia de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por el sudor de sangre que derramasteis en el Huerto de Getsemaní: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por los dolores de vuestra crudelísima flagelación: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por los dolores que padecisteis llevando hasta el Calvario la cruz a cuestas: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por el inmenso dolor que padecisteis al separarse vuestra alma de vuestro cuerpo: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
Encomendémonos en fin todos a las almas del purgatorio, diciendo:
 
¡Oh, ánimas benditas! ya que por vosotras hemos rogado, vosotras que tan amadas sois del Señor, y que tenéis la certeza de no poderle ya perder, rogadle por nosotros que nos vemos todavía en peligro de condenarnos y perder a Dios para siempre.
 
V. -Dadles, Señor el descanso eterno.
R. -Y brille para ellos la luz perpetua.
V. -Descansen en paz.
R. -Amén. 
V. -Señor, escucha mi oración.
R. -Y hasta a Vos llegue mi clamor.
V. -El Señor sea con vosotros
R. -Y con tu espíritu.
 
¡Oh Dios Creador y Redentor de todos los fieles! conceded a las almas de vuestros siervos y siervas que gimen en el purgatorio, sobre todo el alma de N.N. el perdón de toda la pena temporal debida a sus pecados a fin de que, mediante los humildes ruegos que os dirigimos en su favor alcancen cuanto antes la tan deseada remisión. Os lo pedimos por Jesucristo que con Vos vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
 
V. -Descansen en paz.
R. -Amén.

Al finalizar se recitan los:
Lamentos de las benditas ánimas del purgatorio
 

viernes, 25 de octubre de 2013

Novena de las Ánimas del Purgatorio día 3

Por las señal...

Acto de Contrición
     
Señor mío Jesucristo,  Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, en quien espero, a quien amo más que a mi vida, más que  a todas las cosas; a mí me pesa, pésame, Señor, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois, tan bueno, tan santo, tan amable: pésame también porque con mis pecados h merecido las crueles penas del purgatorio, y ¡quién sabe! acaso también los eternos tormentos del infierno. Propongo ayudado de vuestra gracia, nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme, enmendar mis yerros y perseverar hasta la muerte en vuestra amistad. ¡Oh Dios mío! esta gracia os pido por el amor que tenéis a esas benditas Ánimas, por vuestros méritos y dolores de vuestra afligidísima Madre. Amén
 
Oración para todos los días
 
¡Oh Padre Eterno! ¡Padre amantísimo! ¡Padre misericordiosísimo! que impelido por las entrañas de vuestra misericordia, tanto amásteis al mundo que no parásteis hasta darle a vuestro Hijo Unigénito, a fin   de que todos los que creen en Él no perezcan sino que vivan vida eterna, ¿permitiríais que sufran largo tiempo en el purgatorio esas almas queridas, hijas vuestras, y esposas de Jesucristo, quien las compró con el precio de su sangre? Tened piedad de esas afligidas prisioneras y libradlas de sus penas y tormentos. Tened asimismo piedad de mi pobre alma, librándola del cautiverio del pecado. Y si vuestra justicia no satisfecha aún, pide satisfacción por las culpas que han cometido, os ofrezco los actos de virtud que haga durante esta novena. ¡Ah! nada o muy poco valen todos ellos, es verdad; más yo os los presento en unión de los merecimientos de Jesucristo, de los dolores de su Madre Santísima, y de las virtudes heroicas de cuantas almas justas han vivido en el mundo. Compadeceos así de  los vivos como de los difuntos y concedednos a todos la gracia de gozar un día de vuestra misericordia en el cielo. Amén.
 
CONSIDERACIÓN
 
Otra de las mayores penas que afligen a esas benditas ánimas es la vista espantosa de los pecados que están expiando. En la vida presente no se conoce bastante la fealdad de los pecados pero bien se comprende en la otra; y este conocimiento es uno de los más vivos dolores que sufren las almas en el purgatorio.
¡Oh Dios mío! os amo sobre todas laso cosas porque sois infinita Bondad; duélome con todo mi corazón de haberos ofendido; os prometo antes morir que volver a ofenderos; concededme la santa perseverancia; tened piedad de mí y de aquellas santas almas que se purifican en aquel fuego. Y Vos, ¡oh María Madre de Dios! socorredlas con vuestros ruegos poderosos y rogad también por nosotros que estamos aún en peligro de condenarnos.
 
Cinco Padrenuestros y Avemarías por las almas que sufren más.
 
Obsequio
 
Mañana procuraremos sufrir con paciencia, así los trabajos que Dios nos enviare como las molestias del prójimo en sufragio de las ánimas benditas.

Encomendemos ahora a Jesucristo y a su Santísima Madre todas la lamas de purgatorio en especial las de nuestros parientes, bienhechores, amigos y enemigos y sobre todo las de aquellos por quienes estamos obligados a pedir. Ofrezcamos a Dios en su favor las siguientes:
 

 
SÚPLICAS
A nuestro Señor Jesucristo, para que por los dolores de su pasión, tenga misericordia de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por el sudor de sangre que derramasteis en el Huerto de Getsemaní: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por los dolores de vuestra crudelísima flagelación: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por los dolores que padecisteis llevando hasta el Calvario la cruz a cuestas: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por el inmenso dolor que padecisteis al separarse vuestra alma de vuestro cuerpo: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
Encomendémonos en fin todos a las almas del purgatorio, diciendo:
 
¡Oh, ánimas benditas! ya que por vosotras hemos rogado, vosotras que tan amadas sois del Señor, y que tenéis la certeza de no poderle ya perder, rogadle por nosotros que nos vemos todavía en peligro de condenarnos y perder a Dios para siempre.
 
V. -Dadles, Señor el descanso eterno.
R. -Y brille para ellos la luz perpetua.
V. -Descansen en paz.
R. -Amén. 
V. -Señor, escucha mi oración.
R. -Y hasta a Vos llegue mi clamor.
V. -El Señor sea con vosotros
R. -Y con tu espíritu.
 
¡Oh Dios Creador y Redentor de todos los fieles! conceded a las almas de vuestros siervos y siervas que gimen en el purgatorio, sobre todo el alma de N.N. el perdón de toda la pena temporal debida a sus pecados a fin de que, mediante los humildes ruegos que os dirigimos en su favor alcancen cuanto antes la tan deseada remisión. Os lo pedimos por Jesucristo que con Vos vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
 
V. -Descansen en paz.
R. -Amén.

Al finalizar se recitan los:
Lamentos de las benditas ánimas del purgatorio
 

jueves, 24 de octubre de 2013

Novena de las Ánimas del Purgatorio Día 2

Por la señal...

Acto de Contrición
     
Señor mío Jesucristo,  Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, en quien espero, a quien amo más que a mi vida, más que  a todas las cosas; a mí me pesa, pésame, Señor, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois, tan bueno, tan santo, tan amable: pésame también porque con mis pecados h merecido las crueles penas del purgatorio, y ¡quién sabe! acaso también los eternos tormentos del infierno. Propongo ayudado de vuestra gracia, nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme, enmendar mis yerros y perseverar hasta la muerte en vuestra amistad. ¡Oh Dios mío! esta gracia os pido por el amor que tenéis a esas benditas Ánimas, por vuestros méritos y dolores de vuestra afligidísima Madre. Amén
 
Oración para todos los días
 
¡Oh Padre Eterno! ¡Padre amantísimo! ¡Padre misericordiosísimo! que impelido por las entrañas de vuestra misericordia, tanto amásteis al mundo que no parásteis hasta darle a vuestro Hijo Unigénito, a fin   de que todos los que creen en Él no perezcan sino que vivan vida eterna, ¿permitiríais que sufran largo tiempo en el purgatorio esas almas queridas, hijas vuestras, y esposas de Jesucristo, quien las compró con el precio de su sangre? Tened piedad de esas afligidas prisioneras y libradlas de sus penas y tormentos. Tened asimismo piedad de mi pobre alma, librándola del cautiverio del pecado. Y si vuestra justicia no satisfecha aún, pide satisfacción por las culpas que han cometido, os ofrezco los actos de virtud que haga durante esta novena. ¡Ah! nada o muy poco valen todos ellos, es verdad; más yo os los presento en unión de los merecimientos de Jesucristo, de los dolores de su Madre Santísima, y de las virtudes heroicas de cuantas almas justas han vivido en el mundo. Compadeceos así de  los vivos como de los difuntos y concedednos a todos la gracia de gozar un día de vuestra misericordia en el cielo. Amén.
 
CONSIDERACION
 
La segunda pena que aflige en alto grado a esas benditas almas es el tiempo que en vida perdieron, durante el cual habrían podido adquirir mayores méritos para el Cielo, y el pensamiento que esta pérdida es para siempre irreparable, terminando con la vida el tiempo de merecer.
¡Infeliz de mí, oh señor, que por espacio de tantos años he vivido en la tierra no mereciendo sino los castigos del infierno! gracias os doy porque todavía me concedéis tiempo para remediar el mal que he hecho. Arrepiéntome ¡oh Dios mío!, de haberos ofendido a Vos que sois tan bueno. Concededme vuestro socorro para que lo que me queda de vida lo emplee únicamente en serviros y amaros. Tened piedad de mí y de esas almas benditas que arden en el purgatorio. Y vos ¡oh María, Madre de Dios!, socorredlas con vuestros poderosos ruegos.
 
Cinco Padrenuestros y Avemarías por las almas que sufren más.
 
Obsequio
 
Asistir mañana, y todos los días que pueda, al santo sacrificio de la Misa en sufragio de las almas del purgatorio.

Encomendemos ahora a Jesucristo y a su Santísima Madre todas la lamas de purgatorio en especial las de nuestros parientes, bienhechores, amigos y enemigos y sobre todo las de aquellos por quienes estamos obligados a pedir. Ofrezcamos a Dios en su favor las siguientes:
  
SÚPLICAS
A nuestro Señor Jesucristo, para que por los dolores de su pasión, tenga misericordia de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por el sudor de sangre que derramasteis en el Huerto de Getsemaní: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por los dolores de vuestra crudelísima flagelación: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por los dolores que padecisteis llevando hasta el Calvario la cruz a cuestas: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por el inmenso dolor que padecisteis al separarse vuestra alma de vuestro cuerpo: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
Encomendémonos en fin todos a las almas del purgatorio, diciendo:
 
¡Oh, ánimas benditas! ya que por vosotras hemos rogado, vosotras que tan amadas sois del Señor, y que tenéis la certeza de no poderle ya perder, rogadle por nosotros que nos vemos todavía en peligro de condenarnos y perder a Dios para siempre.
 
V. -Dadles, Señor el descanso eterno.
R. -Y brille para ellos la luz perpetua.
V. -Descansen en paz.
R. -Amén. 
V. -Señor, escucha mi oración.
R. -Y hasta a Vos llegue mi clamor.
V. -El Señor sea con vosotros
R. -Y con tu espíritu.
 
¡Oh Dios Creador y Redentor de todos los fieles! conceded a las almas de vuestros siervos y siervas que gimen en el purgatorio, sobre todo el alma de N.N. el perdón de toda la pena temporal debida a sus pecados a fin de que, mediante los humildes ruegos que os dirigimos en su favor alcancen cuanto antes la tan deseada remisión. Os lo pedimos por Jesucristo que con Vos vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
 
V. -Descansen en paz.
R. -Amén.

Al finalizar se recitan los:
Lamentos de las benditas ánimas del purgatorio

 

miércoles, 23 de octubre de 2013

Novena de las Ánimas del Purgatorio Día 1

 
Esta novena se puede rezar cualquier día del año, en especial durante el mes de noviembre. Se inicia el 24 de octubre o el 2 de noviembre.

Por la señal, etc.
 
Acto de Contrición
     
Señor mío Jesucristo,  Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, en quien espero, a quien amo más que a mi vida, más que  a todas las cosas; a mí me pesa, pésame, Señor, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois, tan bueno, tan santo, tan amable: pésame también porque con mis pecados h merecido las crueles penas del purgatorio, y ¡quién sabe! acaso también los eternos tormentos del infierno. Propongo ayudado de vuestra gracia, nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme, enmendar mis yerros y perseverar hasta la muerte en vuestra amistad. ¡Oh Dios mío! esta gracia os pido por el amor que tenéis a esas benditas Ánimas, por vuestros méritos y dolores de vuestra afligidísima Madre. Amén
 
Oración para todos los días
 
¡Oh Padre Eterno! ¡Padre amantísimo! ¡Padre misericordiosísimo! que impelido por las entrañas de vuestra misericordia, tanto amásteis al mundo que no parásteis hasta darle a vuestro Hijo Unigénito, a fin   de que todos los que creen en Él no perezcan sino que vivan vida eterna, ¿permitiríais que sufran largo tiempo en el purgatorio esas almas queridas, hijas vuestras, y esposas de Jesucristo, quien las compró con el precio de su sangre? Tened piedad de esas afligidas prisioneras y libradlas de sus penas y tormentos. Tened asimismo piedad de mi pobre alma, librándola del cautiverio del pecado. Y si vuestra justicia no satisfecha aún, pide satisfacción por las culpas que han cometido, os ofrezco los actos de virtud que haga durante esta novena. ¡Ah! nada o muy poco valen todos ellos, es verdad; más yo os los presento en unión de los merecimientos de Jesucristo, de los dolores de su Madre Santísima, y de las virtudes heroicas de cuantas almas justas han vivido en el mundo. Compadeceos así de  los vivos como de los difuntos y concedednos a todos la gracia de gozar un día de vuestra misericordia en el cielo. Amén.
 
CONSIDERACIÓN
 
Muchas son las penas que sufren las benditas ánimas del purgatorio, pero la mayor de todas consiste en pensar que por  los pecados que cometieron en vida han sido ellas mismas la causa de sus propios sufrimientos.
¡Oh Jesús Salvador mío! yo que tantas veces he merecido el infierno, ¿cuánta pena no experimentaría ahora si me viese condenado, al pensar que yo mismo había sido la causa de mi condenación? gracias os doy por la paciencia que conmigo habéis tenido.
¡Oh Dios mío! porque sois bondad infinita, os amo sobre todas las cosas; me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido, y os prometo antes morir que volver más a ofenderos. Concededme la perseverancia; tened piedad de mí y de las almas benditas que  sufren en aquel fuego.
 Y Vos, ¡oh María, Madre de Dios! socorredlas con vuestros poderosos ruegos.
 
Cinco Padrenuestros y Avemarías por las almas que sufren más.
 
Obsequio
 
En sufragio de las Ánimas benditas tomar la generosa resolución de asistir al novenario cada día.
 
Encomendemos ahora a Jesucristo y a su Santísima Madre todas la lamas de purgatorio en especial las de nuestros parientes, bienhechores, amigos y enemigos y sobre todo las de aquellos por quienes estamos obligados a pedir. Ofrezcamos a Dios en su favor las siguientes:
 

 
SÚPLICAS
A nuestro Señor Jesucristo, para que por los dolores de su pasión, tenga misericordia de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por el sudor de sangre que derramasteis en el Huerto de Getsemaní: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por los dolores de vuestra crudelísima flagelación: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por los dolores que padecisteis llevando hasta el Calvario la cruz a cuestas: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
¡Oh dulcísimo Jesús! por el inmenso dolor que padecisteis al separarse vuestra alma de vuestro cuerpo: tened piedad de las almas del purgatorio.
 
Encomendémonos en fin todos a las almas del purgatorio, diciendo:
 
¡Oh, ánimas benditas! ya que por vosotras hemos rogado, vosotras que tan amadas sois del Señor, y que tenéis la certeza de no poderle ya perder, rogadle por nosotros que nos vemos todavía en peligro de condenarnos y perder a Dios para siempre.
 
V. -Dadles, Señor el descanso eterno.
R. -Y brille para ellos la luz perpetua.
V. -Descansen en paz.
R. -Amén. 
V. -Señor, escucha mi oración.
R. -Y hasta a Vos llegue mi clamor.
V. -El Señor sea con vosotros
R. -Y con tu espíritu.
 
¡Oh Dios Creador y Redentor de todos los fieles! conceded a las almas de vuestros siervos y siervas que gimen en el purgatorio, sobre todo el alma de N.N. el perdón de toda la pena temporal debida a sus pecados a fin de que, mediante los humildes ruegos que os dirigimos en su favor alcancen cuanto antes la tan deseada remisión. Os lo pedimos por Jesucristo que con Vos vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
 
V. -Descansen en paz.
R. -Amén.

Al finalizar se recitan los:
Lamentos de las benditas ánimas del purgatorio

lunes, 21 de octubre de 2013

Lamentos de las benditas Ánimas del Purgatorio

 
Oíd mortales piadosos
y ayudadnos a alcanzar:
 
Que Dios nos saque de penas,
 y nos lleve a descansar.
 
¡Oh, vosotros caminantes!
Suspended, oíd, parad,
bastará sólo el oírnos
 a mover vuestra piedad:
hoy pide nuestra aflicción
que querráis cooperar.
 
Que Dios nos...
 
No hay dolor, tormento y pena,
martirio, cruz ni aflicción,
que aún llegue a ser pintura
de nuestra menor pasión:
sólo alivia nuestros males
de vuestro amor esperar,
 
Que Dios nos...
 
Aquí estoy en purgatorio
de fuego en cama tendido,
siendo mi mayor tormento
la ausencia de un Dios querido.
Padezco sin merecer
por mí no basto a  alcanzar,
 
Que Dios nos...
 
¡Ay de mí! ¡Ay Dios severo!
¡Ay llama voraz activa!
¡Ay bien merecido fuego!
¡Ay conciencia siempre viva!
¡Ay justicia que no acabas!
¡Ay cuándo se ha de acabar!
 
Que Dios nos...
 
¡Ay culpa, lo que me cuestas!
No imaginé tu fiereza,
Pues con tal tormento pago
lo que juzgué ligereza:
¡Cielos piedad! ¡basta cielos!
¿Cuándo el día ha de llegar?
 
Que Dios nos...
 
Todo lo que aquí padezco
es justo, santo y debido,
pues no se purga con menos
haber a un Dios ofendido.
¡Ay, que pude no ofenderle!
¡ Ay, que no hay más que esperar!
 
Que Dios nos...
 
Padres, hermanos, amigos,
¿Dónde está la caridad?
Favorecéis a un extraño,
¡y para mí no hay piedad!
Ea, venga una limosna,
siquiera sólo el rogar,
 
Que Dios nos...
 
Hijo ingrato, que paseas
tan ricamente vestido
y a costa de mis sudores
descansas en tanto olvido:
mira a tu padre quemado,
y lo puedes remediar,
 
Que Dios nos...
 
Quizá en ti no será arbitrio,
sí obligación de Justicia;
pues no cumples testamentos,
con perezosa malicia:
abre los ojos, despierta,
paga, haciendo acelerar,
 
Que Dios nos...
 
Hermanos en Jesucristo,
los que oís estos suspiros,
si queréis, podéis sacarnos
de éstos lóbregos retiros:
con sufragios, sacrificios,
y con devoción orar;
 
Que Dios nos...
 
El más alto sacrificio
del Cordero inmaculado.
no es eficaz remedio
para purgar el pecado:
el mérito de los Santos
puede también alcanzar,
 
Que Dios nos...
 
María de los Dolores,
por las penas que sufrió
tiene méritos sobrados
en el concepto de Dios:
nos falta lo que a Ella le sobra,
pedidla quiera mediar,
 
Que Dios nos...
 
Fieles cristianos, amigos,
dad crédito a estos lamentos;
obrad bien, afuera culpas,
para huir de estos tormentos:
socorro, piedad, alivio,
concluímos con gritar:
 
Que Dios nos saque de penas,
y nos lleve a descansar.
 
ORACIÓN

Os rogamos y pedimos, Omnipotente Dios Nuestro, que ya que por nuestros pecados, justamente merecemos el castigo; por la gloria de vuestro santísimo Nombre, seamos libres de todas nuestras culpas y maldades: que vivís y reináis por todos los siglos, Amén.