Desde la globalización de los medios de comunicación, el Vicario de Cristo se ha convertido en una estrella mediática, en un atleta élite o en un "rockstar". En tiempo real nos enteramos de cada uno de sus movimientos, casi como un "reality show". Esto, ¿es bueno o malo? Pues depende, la piedad popular se ha inclinado tanto a lo que dicen los medios, que a los últimos papas se les ha canonizado en vida. Todo lo que hacen es motivo de noticia, chisme exagerado o casi, casi dogma... Así pues, vamos cayendo en la papolatría, olvidándonos que el papa, si bien es la cabeza visible de la Iglesia, Vicario de Cristo, Sumo Pontífice, etc. también es un hombre pecador, defectible, cuya asistencia del Espíritu depende de su asentimiento a recibirlo, y otras cosas más. Porque una cosa es la institución del papado y otra cosa el hombre que lo recibe. En fin, encontramos esta entrevista del entonces cardenal Ratzinger (si alguien sabe de papas y papado es él) recordándonos la justa medida para no desbordarnos en cosas sin importancia.
Sociedad
Ratzinger: «Hay muchos Papas que el Espíritu Santo probablemente no habría elegido»
Día 13/03/2013 - 20.37h
En 1997, el entonces prefecto de la Doctrina de la Fe aseguraba que el Espíritu Santo actúa como un «buen maestro», pero no «dicta» el candidato
reuters
Dentro ya de la Capilla Sixtina, el momento en que los cardenales se estremecen es el canto del «Veni, Creátor Spíritus». Significa que ha llegado la hora de la verdad, de dejarse dominar por una Presencia mayor, por lo divino.
Pero no es automático. Según explicó el cardenal Joseph Ratzinger en 1997 a la televisión de Baviera, «yo no diría que el Espíritu Santo elige al Papa, pues no es que tome el control de la situación sino que actúa como un buen maestro, que deja mucho espacio, mucha libertad, sin abandonarnos».
El entonces prefecto de la Doctrina de la Fe, recordó con toda sencillez que, mirando a lo sucedido a lo largo de la historia de los 264 sucesores de Pedro, «hay muchos Papas que el Espíritu Santo probablemente no habría elegido».
En su opinión, «el papel del Espíritu Santo hay que entenderlo de un modo más flexible. No es que dicte el candidato por el que hay que votar. Probablemente, la única garantía que ofrece es que nosotros no arruinemos totalmente las cosas». Era una visión de fe, que integraba perfectamente dos grandes milagros en la vida sobrenatural: el de la gracia y el de la libertad.
fuente: abc.es
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