Piero Marini Ceremoniero de Juan Pablo II (no confundir con Guido Marini actual ceremoniero)
Lamentablemente algunos gestos de Francisco han
sido tomados por miembros progresistas de la Jerarquía, periódicos católicos
modernistas y los medios en general, como una repulsa implícita a la actuación
de Benedicto XVI.
Es más, están intentando instalar en las mentes de los católicos, que la culpa de los males de la Iglesia ¡la tienen los tradicionalistas!.
Así, los casos de abuso sexual, las filtraciones del Vatileaks y las supuestas defraudaciones acaecidas en el Banco del Vaticano, IOR, vienen a ser responsabilidad de cierta Jerarquía afecta al latín, a la pompa ritualista y a los dogmas católicos. A la cabeza de los cuales está, claro, el Papa Emérito cuya "línea" acaba de ser derrotada en el último cónclave.
Como si no fuera de todos conocido que durante
el largo pontificado de Juan Pablo II, que no fue precisamente un
tradicionalista en regla, se ha brindado protección a los pederastas. Protección
que vino a finalizar bajo Benedicto XVI.
O como si no fuera en la diócesis del Cardenal
Mahony, un impresentable progresista rechazado hasta por su sucesor, donde se ha
tenido que pagar una suma enorme de dólares como indemnización por los abusos
sexuales del clero.
Lo que no pueden esconder los campeones de la
desacralización y del ecumenismo vergonzante a todo trance, es que no le
perdonan al Papa Emérito la restauración litúrgica que tenía en curso. Tímida
para algunos, pero no por eso menos cierta; a tal punto que le ha granjeado la
oposición cerrada de quienes no pueden disculparle el haber puesto palos en la
rueda a la máquina que viene destruyendo la Catolicidad.
Así, por ejemplo, el inefable Kiko, bajo cuya
capa se ha creado una "misa" judaizante", ha salido a decir en una carta enviada
con motivo de las Pascuas:
"Yo quisiera, después de los milagros que va a hacer este Papa (Francisco) con nosotros, mandarle a Benedicto XVI una carta dándole las gracias. Porque gracias a que ha dimitido, la Iglesia se va a reformar, gracias a su sacrificio va a ser una explosión."
En esa línea, unas recientes declaraciones del ex ceremoniero Papal Mons. Piero Marini, responsable del afeamiento litúrgico ocurrido en los últimos años como dijimos AQUÍ, actual Presidente del Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales, dicen lo mismo que los demás progresistas señalados arriba, con el agravante que todavía supura por la herida causada cuando Benedicto lo despidió pocos días después de liberar la Misa Tridentina.
En una entrevista concedida a La Nación de Costa Rica, don Piero dice lo siguiente:
La elección de Francisco:
"es una primavera, una ventana abierta que nos permite respirar aire diferente. Hasta ahora hemos respirado aires de pantano, de aguas turbias, muertas, que huelen mal. La Iglesia estaba en una situación de tener miedo por todo, con los problemas del Vatileaks, de los pedófilos, todas estas cosas que ya no aguantamos más. En cambio desde que Francisco fue elegido, ya no se habla más de estos problemas"
Es decir, con Benedicto estaba todo podrido y ahora, en un abrir y cerrar de ojos llegó tal primavera, que hasta los medios olvidaron los problemas. ¿No será que esos mismos medios esperan de Francisco determinadas cosas, por lo cual lo han alabado en forma extrañamente coordinada desde el primer anuncio de su elección?
La entrevista sigue con algunas declaraciones que en el fondo implican una denigración de Benedicto XVI. Así ha dicho, por contradicción, que vivía rodeado de obras de arte y oro en el Palacio Apostólico. Recordemos que Piero Marini trabajó 22 años, desde 1965 hasta 1987 en la reforma litúrgica que padecemos, y no le habrán hecho ninguna gracia las iniciativas del Papa Emérito al respecto.
Queremos destacar de entre ellas lo siguiente:
- la renuncia de la doctrina de la Realeza de Jesucristo que implican sus palabras con respecto a la laicidad del Estado.
- el apoyo a las uniones gay: "no soy contrario a que el estado reconozca la unión (entre homosexuales) porque es necesario hoy. Lo veo en Italia en que no hay esto, y sufren tantas personas... dos personas se ponen juntas y no pueden ir cuando uno se enferma... hay varios problemas, la herencia, todo eso... pero no podemos decir que esto es una familia, un matrimonio"
- Y la perla de la charla, exigir que, según lo dispuesto por el Vaticano II, se establezca un gobierno colegiado de la Iglesia: "La Iglesia del siglo XXI necesita aceptar el Concilio Vaticano II en un gobierno "comunional". Los obispos son la suprema autoridad de la Iglesia junto con el Papa y nunca sin él. Así lo ha definido el Concilio. Ahora el Papa tiene que constituir un sínodo de Obispos para que gobierne a la Iglesia junto con el Papa. Solamente eso puede salvar las decisiones del Papa como privadas suyas y no como de toda la lglesia. Una decisión del Papa tomada junto con los obispos tiene la autoridad por toda la Iglesia."
¿Nos gustaría saber dónde ha definido eso el Concilio? También nos gustaría recordarle a Mons. Piero Marini, unos de los artífices de la reforma del rito de la Misa, si no sabe que está bordeando la excomunión establecida por el Concilio Vaticano I en la Constitución Pastor Æternus:
"Así, pues, si alguno dijere que el Romano Pontífice tiene tan sólo un cargo de inspección o de dirección, pero no una potestad plena y suprema de jurisdicción sobre la universal Iglesia, no sólo en aquellas cosas que pertenecen a la fe y costumbres, sino también en lo tocante a la disciplina y al gobierno de la Iglesia extendida por todo el mundo; o dijere que tiene la parte principal, pero no la plenitud de esa potestad suprema; o que su potestad no es ordinaria e inmediata, tanto en todas y cada una de las iglesias como en todos y cada uno de los pastores y fieles, sea anatema."
fuente: Página Católica
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