1.4. Método propio de la Teología: las Fuentes Teológicas.
El método que la Teología utiliza se suele desarrollar en tres etapas: (1) fijar los datos de la Revelación; (2) determinar las cuestiones que esos datos suscitan, en sí mismos o en relación con la experiencia creyente del hombre y del mundo;(3) reflexión sobre los datos. De modo que la Teología se encuentra con una variedad de opciones metodológicas concretas.
El método teológico ha de partir de una recta concepción de la teología como fe que busca entender, lo cual exige a su vez la realidad de Dios que actúa en la historia. Debe reconocer asimismo la capacidad de la razón para conocer la Verdad y penetrar el sentido último de las cosas con la ayuda divina. Y ha de aceptar una filosofía que acepte la realidad del mundo.
La concepción y aplicación adecuada del método teológico puede regirse por los siguientes criterios:
- No existe un paradigma metodológico único que pueda o deba considerarse la forma científica de la teología.
-Todo método teológico comprende el auditus fidei y el intellectus fidei.
-Todo método contiene aspectos falibles y provisionales, que, llegado el momento, deben ser superados. Suele progresar por enriquecimiento de lo anterior o por la sustitución de esquemas operativos.
- En el método teológico no se pueden separar, formal y asépticamente, modo y objeto. Ambos son correlativos e inseparables.
- El objeto no es nunca en teología un producto del método.
- El método teológico incluye necesariamente la consideración de la incidencia de la doctrina cristiana en la vida del creyente, de la comunidad y de la sociedad eclesial.
El teólogo sin olvidar la idea de Misterio que preside sus investigaciones, debe de dar actualidad a los experimentado directamente por los discípulos de Jesús. Se inserta por ello en el camino de la Tradición e intenta luego re-expresar la Verdad fundante que ha tomado de la Iglesia. Encuentra así respuesta a cuestiones viejas, reformula otras, y otras las elimina por considerarlas vacías.
Las fuentes de la Teología son, la Sagrada Escritura, la Tradición de la Iglesia y el Magisterio auténtico. De algún modo puede considerarse también la Historia.
1. La Sagrada Escritura es la Palabra de Dios, en cuanto escrita por inspiración del Espíritu Santo. La Escritura debe ser el alma de la Teología y es la base de las afirmaciones teológicas. Por eso la exégesis hace posible una profundización y un rejuvenecimiento de la Teología.
Sin embargo, la S.E. debe estar unida a la Tradición para entregar el recto sentido de los textos.
2. La Tradición refleja la vida intelectual, orante y litúrgica de la Iglesia. Es anterior a la Escritura misma y mantiene con ella una profunda relación. Está formada por un conjunto de testimonios que dan razón de la fe de la Iglesia.
La Tradición y la Escritura están estrechamente unidas, manan de la misma fuente. La Iglesia no saca exclusivamente de la Escritura la certeza de lo revelado, porque la Tradición recibe la Palabra de Dios (encomendada por Cristo y el Espíritu Santo a los apóstoles) para que ellos (iluminados por el Espíritu) la conserven, expongan y difundan.
Los lugares donde podemos encontrarla son los escritos de los Santos Padres, Actas de mártires, autores místicos, enseñanzas de las conferencias episcopales, la legislación canónica, sensus fidelium, etc.
3. Magisterio. Le ha sido encomendado el oficio de interpretar auténticamente la Palabra de Dios, oral o escrita, y lo ejerce en nombre de Jesucristo.
En virtud del mandato recibido de Cristo y por un don especial del E.S, el Magisterio tiene la misión de conservar el depósito de la fe en toda su integridad. Lo protege del error y juzga con autoridad las interpretaciones de la revelación que ofrece la Teología y él mismo ofrece consideraciones y desarrollos en torno a la fe.
Así, la Tradición, la S.E., y el Magisterio están tan unidos que ninguno puede subsistir sin los otros.
Por último, aunque el recurso a la Historia no es propiamente una fuente, sí es cierto que puede ayudar mucho en cuanto que puede colaborar a entender mejor cómo esas verdades se interpretan y viven dentro de la Iglesia con el transcurso del tiempo.
1.5. Teología Positiva y Teología Especulativa.
La Teología positiva es la ciencia del contenido integral de la Revelación, que intenta determinar y trazar toda la historia documental del objeto creído en su revelación, su transmisión y su proposición. Desea conocer el cuerpo o la forma externa del dato revelado, con el estilo metódico y exhaustivo que es propio de las ciencias positivas. Lo hace para llegar a una inteligencia más honda de la Palabra de Dios.
Trata de responder a la siguiente pregunta, ¿cuál es exactamente la verdad revelada por Dios? Procura determinar y establecer lo que Dios ha revelado y cómo lo ha revelado, si lo ha hecho directamente o indirectamente, de modo explícito o implícito, con expresiones oscuras o claras. Y porque las doctrinas reveladas no se encuentran siempre con la misma nitidez, suele ser necesario un trabajo de interpretación de términos y expresiones.
Teología especulativa: Profundiza en las verdades reveladas, muestra su inteligibilidad, la conexión y armonía que reina entre ellas, sirviéndose de la ayuda de las ciencias humanas.
- Lleva a una comprensión más honda del dato revelado, pero no debe ser confundida con una simple especulación; no es la aplicación de una filosofía técnica a la comprensión de la doctrina revelada sino que la Teología especulativa cae bajo el control y la luz del misterio de salvación. No es una superestructura de la Teología positiva, sino que el pensamiento especulativo se encuentra englobado en la Teología positiva. El dato de fe no es únicamente el punto de partida; es el principio vital que la anima a lo largo de todo su recorrido de reflexión creyente.
La posibilidad de la Teología especulativa se basa en una epistemología realista: la doctrina revelada presupone que la mente humana se ordena a la verdad y es capaz de conocer a Dios de manera limitada pero cierta.
Para esto, cobra gran importancia el tema de la analogía. Nos permite hablar de Dios de modo que nuestro lenguaje tenga sentido. Algo podemos decir de Dios aunque no se le puede aplicar unívocamente.
La Teología especulativa acomete dos grandes tareas: comprender y organizar el dato revelado.
1. Comprende lo mejor posible el dato revelado. No quiere decir que los misterios puedan ser demostrados o asimilados como si fueran datos totalmente evidentes. Sino que es la búsqueda del sentido preciso que se encierra en la fe y la relación de los misterios entre sí.
2. Trabajo sistemático: la Teología procura exponer con rigor los preámbulos de la fe (mostrar que la fe, aunque no sea evidente, no es absurda). Presentar una síntesis de los misterios de la fe (de modo que se muestre lo mejor posible la unidad y coherencia de la doctrina revelada). Y relacionar sus datos y conclusiones con el mundo de la ciencia y la cultura.
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