sábado, 12 de octubre de 2013

Breve resumen de la Teología Católica 2

1.2. Fe y Teología.

Decimos que a las verdades de la Revelación podemos acercarnos a través de la fe, en cuanto que los contenidos de la Revelación son creíbles (ut credibilia); y por medio de la Teología en cuanto esas verdades reveladas son inteligibles (ut intelligibilia), como susceptibles de una comprensión cada vez mayor.
La fe es asentir a una verdad en cuanto digna de ser creída. Lo propio de la Teología es analizarla. El motivo formal de la fe es la autoridad de Dios que revela; el de la Teología, es la percepción por la razón de la inteligibilidad de lo creído. La fe es siempre presupuesto absoluto de la Teología. De modo que la Teología se debe hacer desde dentro y a partir de la fe, y es así algo más que una simple reflexión racional sobre los datos de la revelación. Por eso afirma S. Agustín: "intelligere ut credas, credere ut intelligas" (has de entender para creer y has de creer para entender).
S. Anselmo de Canterbury entiende la Teología como "fides quarens intellectum"; la fe que busca entender, no por curiosidad sino por amor y veneración al misterio. El creyente no discute la fe, pero manteniéndola firme busca dar razones del por qué de la fe.
Por tanto, la Teología es desarrollo de la dimensión intelectual del acto de fe. Es una fe reflexiva, fe que piensa, comprende, pregunta y busca. Trata de elevar, dentro de lo posible el credere al nivel del intelligere. El Teólogo se apoya en el conocimiento de Dios por la fe, en la raz�n humana y en sus adquisiciones ciertas. Entonces, con todo esto, el Teólogo intenta ordenar e interpretar los datos que son objeto de fe, de modo que se vea su unidad tal como Dios lo ha dispuesto.
 
1.3. Teología como ciencia.
Para mostrar el carácter científico de la teología, antes hay que delimitar el concepto de ciencia. A lo largo de la historia se han dado diversos modos de entender el concepto de ciencia.
Si entendemos por ciencia solamente aquella disciplina caracterizada por una aproximación a la verdad (con un método y un poder sobre lo real) ligado a una exactitud dirigida y verificada por una experimentación, ciertamente la Teología no es una ciencia, puesto que lo científico sería sólo lo verificable.
Pero si entendemos como ciencia aquella disciplina que pueda probar un objeto con un método propio y pueda desembocar en condiciones que se puedan comunicar a otros; en este sentido se podría hablar de ciencia canónica, ciencia bíblica y ciencia teológica.
Los esfuerzos más amplios para fundamentar el carácter científico de la Teología se desarrollan a lo largo del siglo XIII y Santo Tomás de Aquino se enmarca dentro de los grandes exponentes de su carácter científico.
Santo Tomás adopta el concepto aristotélico de ciencia y trata de demostrar que no es ajeno a la Teología, basándose en dos argumentos:
1. Normalmente la ciencia tiene evidencia de sus principios. Pero hay ciencias cuyos principios vienen de otra ciencia superior que consigue demostrar la evidencia de aquellos principios. Por tanto, hay ciencias que se basan en unos principios dados por otras ciencias superiores, siendo evidentes en tales ciencias. Aquellas ciencias se llaman ciencias subalternas.
La Teología es una de estas ciencias subalternas que se basan en unos principios, cuya evidencia no la demuestra la Teología: son las verdades de fe. Sin embargo, hay una ciencia, superior a la Teología, para la cual los principios sí son evidentes: es la ciencia de Dios. En efecto, la visión directa de los misterios, existe en Dios y en los bienaventurados, con quienes la fe nos pone en comunión.
Concluimos que la Teología es una ciencia , una ciencia subalterna a la ciencia de Dios.
2. También cobra razón de ciencia cuando logra construir racionalmente lo revelado donde determinadas verdades se presentan religadas unas a otras como a su principio. Es decir, la Teología es una ciencia porque hay verdaderas conclusiones que parten de unos principios, de modo que resulte que ambas (conclusiones y principios) sean igualmente reveladas. Es decir, es ciencia porque logra obtener unas conclusiones a partir de unos principios revelados.
Se llega a conclusiones más allá de lo revelado formalmente por una elaboración teológica. Si esto no fuera así, no podríamos salir del Kerigma y nos perderíamos gran cantidad de verdades secundarias que parten de un desarrollo racional de la revelación y que, por tanto, también son verdades.
La teología identifica y tiene en cuenta los principios revelados de los que parte en su reflexión; circunscribe con precisión en su campo de estudio; procura atenerse a una metodología rigurosa y cada vez mejor comprobada en su coherencia interna; se esfuerza en mostrar la homogeneidad y corrección en el modo de derivar los datos obtenidos a partir de los principios; los conocimientos que obtiene son comunicables de manera sistemática.

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