lunes, 30 de septiembre de 2013

Quis ut Deus

 
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.


Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo,
ten misericordia de nosotros.
Dios, Espíritu Santo,
ten misericordia de nosotros.
Trinidad Santa, un solo Dios,
ten misericordia de nosotros.
Santa María, Reina de los Ángeles,
ruega por nosotros.


San Miguel, 
ruega por nosotros.
San Miguel, lleno de la gracia de Dios,
ruega por nosotros.
San Miguel, perfecto adorador del Verbo Divino,
ruega por nosotros.
San Miguel, coronado de honor y gloria,
ruega por nosotros.
San Miguel, poderoso Príncipe de los ejércitos del Señor,
ruega por nosotros.
San Miguel, portaestandarte de la Santísima Trinidad,
ruega por nosotros.
San Miguel, guardián del paraíso,
ruega por nosotros.
San Miguel, guía y consolador del pueblo israelita,
ruega por nosotros.
San Miguel, esplendor y vigor de la Iglesia militante,
ruega por nosotros.
San Miguel, honor y alegría de Iglesia triunfante,
ruega por nosotros.
San Miguel, luz de los Ángeles,
ruega por nosotros.
San Miguel, baluarte de los ortodoxos,
ruega por nosotros.
San Miguel, fuerza de los que combaten bajo el estandarte de la Cruz,
ruega por nosotros.
San Miguel, luz y confianza de las almas en el último momento de la vida,
ruega por nosotros.
San Miguel, socorro certero,
ruega por nosotros.
San Miguel, nuestro auxilio en todas las adversidades,
ruega por nosotros.
San Miguel, heraldo de la sentencia eterna,
ruega por nosotros.
San Miguel, consolador de las almas que están en el Purgatorio,
ruega por nosotros.
San Miguel, a quien el señor encomendó recibir las almas después de la muerte,
ruega por nosotros.
San Miguel, nuestro Príncipe,
ruega por nosotros.
San Miguel, nuestro Abogado,
ruega por nosotros.



Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. Perdónanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. Escúchanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. Ten misericordia de nosotros.




Ruega por nosotros, glorioso San Miguel, Príncipe de la Iglesia de Jesucristo, para que seamos dignos de sus promesas.



 

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