Comportamiento
en el Templo.
El Templo es la casa de Dios; es casa de
oración.
Por consiguiente, se debe estar en él con
sumo respeto y silencio.
No se debe hablar, si no es por una
verdadera necesidad, y sólo en voz muy baja y lo más brevemente posible.
Nunca Jesús se manifestó tan visiblemente
indignado como cuando encontró que se faltaba el respeto al Templo, pues, llegó
a dar azotes a los profanadores.
Al entrar y salir de la Iglesia se
toma agua bendita (si todavía se encuentra) con el dedo índice de la mano derecha y se hace la señal de
la cruz.
Dentro de la Iglesia se hace genuflexión al
Santísimo Sacramento, a la entrada y a la salida.
Al llegar al lugar que se desea ocupar, se
hace la señal de la cruz, estando de rodillas.
Conviene rezar luego el acto de contrición,
para que nuestra alma quede más purificada, y así agrademos más a Dios, y
alcancemos más fácilmente las gracias que necesitamos.
Es muy bueno hacer también la comunión
espiritual, si no se comulga sacramentalmente.
La postura, sea de rodillas, de pie, o
sentado, debe ser siempre muy respetuosa.
Antes de salir de la Iglesia, pídase a Jesús
la perseverancia en el bien y su santa bendición.
Modo de
hacer la genuflexión.
La genuflexión es sencilla y doble.
La genuflexión sencilla se hace
bajando la rodilla derecha hasta el suelo, junto al talón del pie izquierdo.
La genuflexión doble se hace bajando
primero la rodilla derecha, luego la izquierda, e inclinando profundamente la
cabeza.
La sencilla se hace al entrar y salir de la
Iglesia, y al pasar delante del altar del Santísimo.
La doble se hace cuando el Santísimo está de
manifiesto, y al pasar delante de un altar en que se da la Santa Comunión.
Al hacer la genuflexión es bueno decir: Jesús
mío, os adoro y amo con todo mi corazón.
Al pasar frente al altar Mayor, si no está
el Santísimo, se hace solamente una inclinación profunda de cabeza.
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