EL CREDO
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Criador
del cielo y de la tierra.
Y en Jesucristo su único Hijo, nuestro
Señor.
Que fue concebido por obra y gracia del
Espíritu Santo: nació de Santa María Virgen;
Padeció debajo del Poder de Poncio Pilato;
fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos; al tercer día
resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos, está sentado a la
diestra de Dios Padre Todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a los vivo y
a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo.
La Santa Iglesia Católica: la comunión de
los Santos.
El perdón
de los pecados.
La resurrección de la carne.
La vida perdurable. Amén.
El Credo se llama Símbolo apostólico, porque
lo hicieron los apóstoles, para dar a los cristianos una norma de fe.
Todo cristiano procure saber el Credo y
rezarlo con frecuencia.El Credo tiene doce artículos.
ARTÍCULO I
CREO EN
DIOS PADRE TODOPODEROSO,
CRIADOR
DEL CIELO Y DE LA TIERRA
Creo
significa: estoy cierto que todo lo que contiene el Credo es verdad infalible
revelada por Dios.
Dios.
Dios es el Ser Supremo, infinitamente perfecto, Criador y Señor del cielo y de la tierra.
Sólo Dios no ha recibido el ser de nadie; todo lo demás tiene el ser recibido de Dios.
Sólo Dios es absolutamente independiente; todos lo demás seres dependen de Dios.
Pruebas de la existencia de Dios.
1ª- Todas las cosas nos están diciendo: Dios nos ha dado el ser y no nosotras mismas.
Los seres que vemos, no se han criado a sí mismos: luego existe un Creador.
Yo mismo no me di el ser: mis padres tampoco se lo dieron a sí mismos; luego es necesario llegar a una causa primera, que es Dios.
Sin causa primera no hay segunda, ni tercera…
2ª- El mundo entero con su orden admirable revela la existencia de Dios, sabiduría infinita.
3ª- Todos oímos en el fondo de nuestra conciencia, una voz que nos dice:
No puedes matar, robar; haz el bien evita el mal; los buenos serán premiados, los malos castigados.
Sólo el Ser Supremo puede hablar en forma igual y con tanto imperio a todos los hombres.
Niegan la existencia de Dios los que quisieran que no lo hubiera, para poder pecar sin remordimientos de conciencia.
Dicen los impíos: si hubiera Dios no permitiría tantos males sobre la tierra.
Dios permite el mal para sacar siempre un mayor bien.
Nuestro pequeño entendimiento muchas veces no puede comprender el bien que resulta de los males que nos afligen.
El profeta David (salmo 91) dice:
“¡cuán grandes son, Señor, tus obras! ¡Cuán insondable la profundidad de tus designios! El hombre insensato no conoce estas cosas, ni entiende de ellas el necio”.
Mas siempre resultarán ciertas las palabras del apóstol S. Pablo (Romanos, VIII, 28):
Sabemos que para los que aman a Dios todas las cosas se convierten en bien.
Procuremos, pues, amar a Dios de veras y sea ése nuestro principal deseo.
Hay un solo Dios.
No puede existir más que un Ser Supremo.
Admitir varios dioses, es negar al verdadero Dios.
En el supuesto de varios dioses, tuvieran más poder todos juntos que uno solo.
Por consiguiente, ninguno fuera omnipotente, ninguno fuera verdadero Dios.
Dios tiene todas las perfecciones en grado infinito; esto es, sin límites.
Dios es infinitamente grande: el mundo entero, comparado con Dios, es menos que una gota de agua comparada con toda la inmensidad de los mares.
Siendo el mundo entero como nada en comparación de Dios, yo, comparado con Dios, ¿qué soy?
Dios es espíritu purísimo: no tiene cuerpo.
Aunque no tiene ojos corporales, ve; El es quien nos da la vista, oído y todo cuanto tenemos.
Dios es un ser simplicísimo: no tiene parte alguna, ni mezcla, ni composición.
Dios es eterno: siempre ha existido, existe y existirá.
Dios no pudo tener principio: porque si no hubiera existido siempre, de quién habría recibido El la existencia?
Dios es inmutable: no está sujeto a mudanza alguna. La mudanza está sólo en las criaturas.
Dios es infinitamente bueno: es la bondad por esencia y de El viene todo lo bueno.
Dios es infinitamente sabio: todo lo sabe; conoce todo lo pasado, lo presente y lo porvenir.
Dios es omnipotente: todo lo puede.
Dios no puede pecar, ni hacer lo que implica una contradicción.
Poder pecar es una imperfección, es falta de poder.
Lo que implica contradicción es un absurdo.
Dios ha criado, conserva, gobierna y dispone todas las cosas a su voluntad.
Providencia divina es el cuidado con que Dios dirige todas las cosas al fin por El señalado; se extiende aún a las cosas más pequeñas.
Todo lo que sucede es porque Dios así lo quiere o lo permite.
Unas cosas Dios las quiere y las manda; otras Dios no las impide, como el pecado, por no quitar al hombre su libertad y también porque del mal sabe Dios sacar grandes bienes.
Siendo, pues, Dios infinitamente bueno, sabio y poderoso, amémosle de todo corazón, acatemos humildemente todas sus disposiciones y pongamos en El toda nuestra confianza.
Nuestro presente y porvenir están en las manos de Dios; nada hemos de temer, si procuramos servirle fielmente.
Dios es infinitamente santo: ama la virtud y aborrece la maldad.
Dios es infinitamente justo: premia o castiga a cada uno según sus obras.
Dios es infinitamente misericordioso: llama al pecador y perdona al que se arrepiente de corazón.
Dios es veraz: no puede engañarse ni engañar.
Dios es infinitamente fiel: cumple sus promesas y amenazas.
Dios es inmenso: está en todas partes y no está limitado por espacio o lugar alguno.
Dios está en Sí mismo y todas las cosas están en Dios.
Es Dios quien contiene y sostiene todas las cosas y no las cosas a Dios.
Dios está en todo lugar:
por esencia, con todo su Ser
por presencia, viéndolo todo, hasta nuestros pensamientos más ocultos; y
por potencia, dando y conservando el ser a todas las cosas.
Dios está de una manera especial:
en el Cielo, donde deja ver su divina esencia, causando gozo infinito a los bienaventurados;
en el alma del justo, Dios está por la gracia y caridad;
y en el templo que es casa de oración, Dios está como en un trono de misericordia, dispensando favores particulares.
Puesto que Dios está y nos ve en todo lugar, por respeto a su presencia abstengámonos siempre de pecar.
Dios es el principio de todas las cosas, porque El las ha creado todas.
Dios es el fin de todas las cosas, porque todas las ha hecho para su mayor gloria. Todas las cosas dan gloria a Dios, aún los malos; pues con ellos especialmente se manifiestan la paciencia, misericordia y justicia de Dios.
Sólo Dios es Señor y Dueño absoluto de todas las cosas.
Dios tiene riqueza, paz, alegría, hermosura y todos los bienes sin límites; El mismo es el Bien infinito.
Dios tiene entendimiento y voluntad.
Dios no tiene memoria; no la necesita, porque todo lo tiene presente, aun lo pasado y lo porvenir.
fuente: Instrucción Religiosa Pbro. Galo Moret (1931)
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